Homenaje a nuestro compañero y amigo José «Chico Alejo» Muñoz Alcoholado, asesinado hace algunas semanas en las tierras bolivarianas de Venezuela. Estamos convencidos como revolucionarios del mundo, que cuando nuestros compañeros caen luchando por la defensa y autodeterminación de los pueblos, no mueren jamás, continúan viviendo en nuestra memoria y nos van nutriendo de experiencias para un futuro que es nuestro.
Con la humildad y sencillez que caracterizaba a nuestro Chico Alejo, nos reunimos en la Multicancha de la Población Pichi Cautín a compartir un espacio de reflexión y recuerdo.
Llamamos a rechazar y denunciar activamente los asesinatos políticos de las y los luchador@s sociales y revolucionari@s de América Latina y del Abya Yala.
COMPAÑERO ALEJO, NUESTRO HOMENAJE SERÁ LA VICTORIA, LA LUCHA CONTINÚA!!!
Amigxs y Compañerxs de José Muñoz Alcoholado.
Memorias de Amigxs y Compañerxs de José Muñoz Alcoholado
Puedo armar una Casa
Que puedo decir de ti, amigo, compañero, combatiente de toda una vida… Siempre inquieto, buscando como aportar en esta larga lucha, en cambiar nuestras vidas, siguiendo la lucha revolucionaria, buscando erradicar el capitalismo.
Tu norte, aquí en la tierra que te vio nacer, fue buscando aliados, siempre buscando compañeros persistentes con quienes pudieramos lograr la Resistencia.
Recuerdo que un dia, muy cerca del dia de tu viaje, me dijiste: “Negra,
a ti te importa mucho tu casa, lo que has creado como tu hogar”, “Sí” te respondí “Si, me gusta formar un lugar donde pueda estar a gusto, donde me sienta tranquila…¿Y tu?”, te pregunte “No, a mi me da lo mismo lo material, puedo armar una casa, puedo comprar las cosas necesarias, pero si tengo que dejarlas ahora por seguir luchando me daría lo mismo, no tengo apego a lo material… son solo cosas que me ayudarán a llegar a mi objetivo”. Asi eras tu Chico, inquieto, desafiante, cariñoso y muy valioso.
Tengo un inmenso respeto por ti.
Patricia Guajardo
Amiga y Ex Mirista.
El Niño Bonito
Voy a hacer un camino por el recuerdo amigo, compañero. ¿Te acuerdas que nos conocimos al final de la decada de los 80?, estabamos desconectados del partido y esperabamos a nuestra primera hija. Muchas veces la llamaste “la hermana”, nosotros te llamabamos “Hijo”. Ella, pequeñita, pensaba que tenia un hermano y preguntaba por que no estabas en casa, le contamos la verdad, le digimos cuanto te queriamos y lo importante que eras para nosotros. En este tiempo ocurrieron hechos importante, se quiebra el Partido y los dos tomamos opciones diferentes, pero siempre nos mantuvimos atentos el uno del otro. Pasaron casi dos años y nos volvimos a encontrar para entablar largas conversaciones llenas de nuevas propuestas, todo esto alrededor de una estufa a parafina que calentaba poco, llegaba el nuevo día y nosotros ahí estabamos casi abrazados, cagados del frio, ya nacía la nueva organización. Tambien te recuerdo con el tarro de leche y comida bajo el brazo para la hermanita chica, las vacas estaban flacas en esos tiempos y siempre estuviste allí, no habia que pedirlo, nacía de tu corazón, de tú corazón revolucionario.
¿Te acuerdas, cuando tenías que quedarte en casa?, no te hacias problemas y asumias las funciones domésticas sin chistar, cocinabas muy rico, te gustaban las longanizas lautaro, la cena o el almuerzo siempre eran muy buenos, dejabas la leña picada y la casa sopladita, las vecinas nos tenían envidia, es muy alentado su primo, me decían.
¿Te acuerdas cuando conociste a mi viejita?, le robaste el corazón con tú cariño, ella te llamaba el niño bonito.
Así pasarón unos cuanto años de idas y venidas, siempre presente con nosotros. Luego encontraste el amor, una compañera estaba contigo y eras feliz, conversamos y así lo manifestabas.
Surgen problemas en la dirección del EGP – PATRIA LIBRE O MORIR, (nombre que tuvo sus primeros años), y tomás la decisión de salir, fué duro, lo sabíamos.
Siempre sabiamos por donde andabas, nunca perdimos el contacto, y las noticias que nos hacias llegar con tus reflexiones nos acompañaron durante todos estos años. Luego en Uruguay conocimos a tus amados hijos y los disfrutamos.
Amigo, hermano, compañero, no alcanzamos a hacer esa junta tantas veces planteada, quedó pendiente para otra oportunidad, solo decirte que fuiste más que un compañero, entraste en nuestros corazones, te amamos hermano.
Eva Hidalgo Perez
Amiga y Ex Mirista.
Colo Colo paso por Paillaco
Con momentos fugaces los que se me vienen a la mente. Pero es inevitable no recordar la ternura con que cuidabas de mí y mis herman@s, la preocupación constante, esa alegría que personas como tú saben brindar, y digo, “Saben pues, aun estas presente, muy presente en nuestros corazones”. En mi memoria está el último día en que te vi. Por las calles polvorientas del barrio salí corriendo a despedirte. Sentí tu abrazo, me obsequiaste mil pesos para que en parte se me pasara la pena (no sabes lo afortunado que me sentía a mis 5 años con tan grande tesoro) y por sobre todo me dejaste con algo que hasta el día de hoy para bien o para mal llevo a diario: la afición por Colo Colo.
Hubiese querido estrechar tu mano nuevamente, pues han pasado más de 20 años después de ese momento. Pero el destino quiso otra cosa.
Que tu legado y tu lucha siga iluminando nuestro camino, compañero.
Un abrazo eterno.
Camilo Seguel Chavez.
Niño e hijo de una familia de ayudistas que acogieron en su hogar durante algunas semanas al Chico Alejo mientras este se replegaba.
Adelante Compañero
Durante la dicadura civico-militar la vida clandestina era muy dura y precaria, pero el Chico estaba siempre presente, siempre solidario. Nos regalaba leche nido para nuestra hija de dos años y medios, le deciamos que no se preocupara.
Luego, cuando legalizé mi situcion judicial en esta ciudad, cuando dejé la clandestinidad, El Chico, seguia estando siempre a nuestro lado, llegaba con mercaderias y juguete para nuestra hija. Recuerdo que llegaba a la casa agotadisimo, cansado de tanto trabajar, de contruir, de buscar alianzas con todas las demas organicas, especialmente con el movimiento Lautaro. “Quien quiera hacer la revolución en Chile, no puede prescindir de los demás destacamentos del Pueblo Pobre”.
Siempre estuvo con nosotros, era tanto el cariño como persona, como militante y revolucionario que lo tratabamos como a un hijo, y por su puesto el se dejaba querer, un dia nuestra hija creció y nos pregunto si teniamos otro hijo, es decir… si ella tenía un hermano. “Por supuesto que nó” le repondimos. “Es que yo los escuché varias veces que hablaban del hijo” Nos decia.
Ya habiendo dejado la clandestinidad, con una vida pública, reconociendo quienes eramos, nos toco protegerlo. Acosado por la represión llegó una mañana hasta la casa. Abrimos la puerta y ante nuestros ojos estaba el Chico Alejo…sus ojos brillaban como pidiendo disculpas, “!No tengo otra alternativa!”, nos dice “Como te vamos a dejar afuera, !Adelante Compañero!” Y cerramos la puerta. Asi una vez más escapaba el Chico Alejo.
Jorge Duran Delgado
Amigo y Ex Mirista
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