Encuentro de Cestería en Wallmapu: reconstruir la memoria con las manos

Ene 10, 2025 | Artículos / Reportajes / Entrevistas

En Panguipulli el año mapuche comenzó en junio del 2024 con la realización del segundo Taller de Cestería en Llepu a cargo de los maestros cesteros Pablo Cayulef y su hijo Gerardo Cayulef en el sector de Lindaflor. Gestado por Oficios Varios tras cinco años de trabajo junto a la investigadora y aprendiz de cestería, Javiera Naranjo quien les propuso realizar talleres para resguardar este conocimiento. En paralelo, se realizó la investigación que dio forma al libro “Cestería en el Wallmapu: Entrelazando fibras y memorias”.

Por Morin Ortiz Herrera.

Desde junio a diciembre, 23 personas mapuche llegaron hasta la Ex Escuela de Lindaflor desde las comunidades Tripay Maripan del sector Coz Coz, Lonko Chihuaicura de Pullinque Alto, Pilinhue y Pucura Alto. Como parte de este proceso de aprendizaje, el sábado 14 de diciembre en la Casona Amigos de Panguipulli se realizó un Nütram sobre cestería en llepu para compartir junto a los maestros y reflexionar sobre la importancia de la transmisión de estos conocimientos.

Don Pablo Cayulef tiene 71 años y contó cómo fue el camino para hacer su primer Llepu a la edad de 15: “Esto viene de muy atrás. Mi abuelo fue el profesor de mi papá y de mi papá vine aprendiendo yo. Después le enseñé a mi hijo». Explicó que es un trabajo que comienza con la recolección del material: “tiene que salir a la montaña, a los cerros, meterse a las quebradas donde andan los pumas para sacar la quila blanca y del año. Este trabajo mapuche no se realiza mucho porque no hay mucha paciencia de salir días enteros a buscar el material. Pero yo me siento contento, porque hay personas que le han tomado mucho cariño, mucho aprecio. Son cosas que ya no se ven. Lo que sabe el mapuche también es inteligencia: hacer un canasto, un taller de madera, todo es inteligencia para nosotros”.

Su hijo, Gerardo Cayulef Calfipan compartió sus memorias como niño de 8 años “veía a mi papá que tejía. Hacía sus llepu con mi mamá e íbamos a dejarlos al pueblo. Por esos años se hacía trafkintu, le dejaban papas, porotos, pollo, de repente un poco de plata. Yo también quise aprender y como a los 20 años hice mi primer llepu con la guía de mi papá, no era egoísta con su conocimiento”.
Recuerda que no le quedó perfecto, pero que al tercer llepu fue mejorando. Luego dejó de tejer unos 15 años y volvió a hacerlo cuando llegó Javiera con su propuesta de taller.

“Estoy feliz de que quienes hayan aprendido le puedan enseñar a otras personas, porque esa es la idea. Se estaba perdiendo lo que es cestería en llepu, son pocas personas las que tejen y algunas no quieren enseñar. Uno tiene que enseñar lo que sabe, algún día yo dejaré de tejer si es que llego a viejito y me sentiré pagado y feliz de que otra persona esté tejiendo, porque no se va a perder la tradición del llepu”, señaló Gerardo.
Viviana Neihual, aprendiz de cestería en llepu y anfitriona en este nütram señaló que “los nuevos tejedores pasamos a ser como hijos de ellos, de nuestros maestros, porque yo me siento con el deber de compartir este kimün (conocimiento), yo no me puedo quedar guardado con esto porque es algo que no es mío. Ellos lo heredaron y ellos me lo transmiten a mí, así es el arte compartido. Eso es el ngen (espíritu) mapunche, no es egoísta”.

Investigación “Cestería en el Wallmapu: Entrelazando fibras y memorias”

La cestería es una de los oficios más antiguos de la humanidad, pero al ser hecho con fibras vegetales cuenta con escasos vestigios. Por esto, el hallazgo de Monte Verde en Puerto Montt dio cuenta en 1972 del espacio territorial habitado más antiguo del que se tiene registro, esto es 12.500 años atrás. Según el investigador Mario Pino, la preservación de este sitio responde a la formación de una capa pantanosa que quitó el oxígeno bajo tierra y permitió la conservación.

Vestigios sobre los cuales reflexionaron Javiera Naranjo y el historiador mapuche Enrique Antileo en su investigación sobre los orígenes del Tejido en Crin (2018) que retomaron en el libro “Cestería en el Wallmapu: Entrelazando fibras y memorias”, en una investigación multidisciplinar junto a Juana Palma, Ingeniera Forestal especializada en Productos Forestales No Madereros; Sofía Bensadon, documentalista y antropóloga y el maestro cestero Pablo Cayulef.

“El azar permitió que en Monte Verde todo lo que representaba la vida cotidiana del grupo humano esté increíblemente bien conservado, incluyendo carne y cuero de mastodonte, cuerdas confeccionadas con junco y nudos para mantener los tirantes del toldo habitacional tensos…” (Dillehay, 2016). Existencia de cuerdas que permite pensar en la posibilidad de cestería.

El trabajo de Javiera Naranjo con las tejedoras del Crin de la Región del Maule tiene más de diez años, siendo los primeros pasos de la organización Oficios Varios en la investigación y difusión de oficios. Al respecto, señala: “Esa cestería en miniatura también tiene una tradición Mapuche-Pikunche. Se reconocían en ese sector como los Putaganes, era una población que hablaba mapudungun a la llegada de los españoles, y por su colonización temprana debido a su ubicación geográfica, vivió su propio proceso de transformación de los conocimientos. Hay mucha toponimia mapuche que también da cuenta de esto”.

Motivada por conocer más sobre la cestería en el Wallmapu, llegó a trabajar a la Región de Los Ríos y se fue a vivir allí entre los años 2019 y 2023. Porque una impronta de Oficios Varios es habitar los espacios donde se está investigando, además de aprender el oficio, explica Javiera: “Podemos hablar mucho teóricamente, pero si no metemos las manos en la masa hay algunas cosas que se pierden en ese ejercicio. Es muy importante que cuando hablamos de algo, también lo aprendamos”.

Durante la pandemia se reunían todas las semanas en la casa de Don Pablo a aprender el tejido del Llepu. Mientras tejían y conversaban, nació la idea de realizar la investigación de cestería en el territorio mapuche.

“En las investigaciones de ciencias sociales se habla mucho de informantes claves -que es extraer la información e irse con ello- y a nosotras no nos gusta mucho eso, porque creemos que uno llega a un lugar y entre todos levantamos una información en conjunto. Por eso don Pablo también es investigador”, releva Javiera.

Enrique Antileo se refirió a las posibilidades que plantea trabajar en la reconstrucción de la memoria de prácticas con materiales degradables: “Hay que abrir la mente para tratar de imaginar cuáles son las cosas que no se encuentran, que habitan con nosotros y de las cuales nosotros podemos hablar del pasado. Los pocos registros que tenemos no nos deben impedir la capacidad de imaginar la conexión que hay entre construir un canasto, trabajar con la naturaleza y un tipo de memoria que no es únicamente oral, sino que necesita las manos, la vista, los sentidos”.

Destacó que esa memoria es diferente y el cómo se traspasa ese conocimiento tiene un correlato con lo que están haciendo en los talleres de llepu: “observando, conociendo, viendo las plantas, metiéndose a los bosques y estableciendo la relación entre un profesor, una profesora y un aprendiz. Una persona que quiere volver a hacer canastos, ya sea para uso común o también para una reivindicación de su pueblo. Las motivaciones son muchas”.

Entre las asistentes estuvo la kimelfe (profesora) Millaray Huentecura de la Escuela Básica Ruka Klen de Lumaco, quien compartió sus reflexiones: “harto tiempo nos trataron de convencer que lo mapuche no era lo importante. Por eso celebro que este conocimiento se esté enseñando y que se investigue, que releve nuestra inteligencia y que sea un ejemplo para niños y niñas mapuche, que cultiven la paciencia para aprender y que les muestre que lo que saben es tan importante que tiene que ser un libro”.

La investigación “Cestería en el Wallmapu: Entrelazando fibras y memorias” está disponible de manera digital y gratuita en la sección Descagables de la web de Oficios Varios y también en formato físico para adquirir directamente con la organización escribiendo a oficiosvarios.cl@gmail.com

En la actividad se compartieron alimentos realizados por Delicias El Canelo y se realizó una Exposición de Cestería del Wallmapu con cestería en llepu de hasta 100 años de antigüedad, custodiados por sus herederos quienes compartieron las historias detrás de los tejidos: Juan Caripan de Traytrayko, María Luisa Llancapán de Coz Coz y Juan Vicente Huencuanca de Pullinque Alto, también aprendices de los maestros Cayulef.

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