El 9 de Julio de 2022 se cumplió un año del asesinato de Pablo Marchant Gutiérrez, weichafe miembro de los Órganos de Resistencia Territorial (ORT) vinculados a la Coordinadora Arauco Malleco (CAM).
Durante la mañana del 22 de julio, Familiares, amigxs e integrantes de las comunidades mapuche ligadas a la CAM se manifestaron a las afuera de la Fiscalía de Temuco denunciando la impunidad, entorpecimiento, lentitud y la falta de voluntad de acción de la Fiscalia en relación al nulo avance que ha tenido proceso judicial por el homicidio de Pablo Marchant Gutierrez a manos de Carabineros de Chile.
Pablo o “Toñito”, como era cariñosamente nombrado entre sus cercanxs, fue un Weichafe y militante de la CAM, quien durante una acción de sabotaje contra maquinaria de la Forestal Mininco perteneciente a la Familia Matte, fue ejecutado por efectivos policiales que resguardaban las faenas forestales de dicha megaempresa privada en la cordillera de Nahuelbuta, Carahue, quienes obtuvieron estos territorios de forma ilegitima y se han mantenido en tensión con las comunidades que se encuentran en procesos de recuperación territorial; estas empresas han sido actores preponderantes en torno al despojo territorial hacia las comunidades y en la depredación de los ecosistemas preexistentes.
El día 9 de julio de 2021, la fiscalía de Temuco informa públicamente a través de algunos medios de comunicacion, la muerte NO de Pablo Marchant Gutierrez, sino de Hernan Lllaitul, hijo del vocero de la CAM Hector Llaitul, acción que generó confusión y sorpresa entre las comunidades y que solo fue esclarecido luego del reconocimiento del cuerpo de Pablo Marchant Gutierrez, quien al momento de ser ejecutado portaba consigo sus documentos de identificación.
Esta compleja situación trae a la memoria las prácticas de la CNI a través de DINACOS, organismo que durante la dictadura se encargaba de censurar y controlar los contenidos en los medios de comunicación, y que dio paso a los falsos reportes contrainsurgentes en los cuales se declaraba muertos en enfrentamiento a personas que se encontraban vivas y fuertemente perseguidas, así como instalando montajes que encubrieran ejecuciones extrajudiciales en dictadura.
Desde el punto de vista de la Coordinadora Arauco Malleco en palabras de Héctor Llaitul “La figura del weichafe es relevante, aquí no asesinaron a cualquiera, asesinaron a un weichafe, y lo asesinaron de una forma cruel, incluso entregando una señal al movimiento autonomista y particularmente a la CAM y al núcleo nuestro, del como podría ser ejecutado con toda la fuerza del poder, uno de los más destacados weichafe” (Entrevista de Chile Today y Werken Noticias)
Contradicciones entre autopsia y peritajes del SML y solicitados por la familia
Desde el ámbito judicial, la familia de Pablo Marchant Gutierrez interpuso una querella por homicidio, y tras el protocolo de autopsia realizado por el SML de Temuco, se contrató al Tanatologo Bernardo Morales, encargado de realizar un Pre-informe Metapericial Forense Criminalístico, que arrojó como resultado que el disparo que provocó la muerte de Pablo, percutado por HUGO HUENCHUVIL, fue realizado a corta distancia, con apoyo y a quemarropa, lo que confirmaría la ejecución extrajudicial de Pablo Marchant Gutierrez a manos de Carabineros de Chile.
“Respecto de la lesión principal causante precisa y necesariamente de la muerte de Marchant Gutiérrez, esto es el disparo en la cabeza, región temporal derecha, está reúne todas las características de un disparo con apoyo del cañón en el punto de entrada del proyectil balístico (…) (en el) peritaje fotográfico, se aprecia que la posición del cadáver del occiso Marchant Gutiérrez en el sitio del suceso, está mirando hacia los matorrales, lo que no resulta coherente con declaración del imputado (Huenchuvil) que señala que el occiso avanzaba de frente a él apuntándolo y moviendo el fusil que portaba (Marchant).”
Por otra parte, llama la atención la posición de las extremidades inferiores, las que se encuentran flexionadas a la altura de las rodillas, lo que hace presumir que éstas se encontraban flexionadas al momento de recibir el impacto balístico” (El Mostrador: https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2022/07/11/caso-pablo-marchant-revelan-ampliacion-de-autopsia-que-contradice-informe-anterior-y-presencia-de-dos-generales-de-carabineros-en-el-lugar/)
Posteriormente la Fiscalía de Temuco, solicitó a finales de 2021 la ampliación del protocolo de autopsia, que debía contemplar el segundo metaperitaje contratado por la familia. Sin embargo, los resultados de la ampliación del protocolo de autopsia realizado por Nuria Riquelme contradicen el metaperitaje de Bernardo Morales y establece:
“Para complementar las conclusiones del peritaje de autopsia protocolo, puedo concluir que se trata de un solo disparo a una distancia de 2 a 3 metros aproximadamente, en el cual los perdigones se comportan como una masa central de perdigones (…). Los perdigones satélites provocan las pequeñas lesiones contusas descritas en (…) hombro, en el brazo, cara anterior de hemitórax izquierdo” (https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2022/07/11/caso-pablo-marchant-revelan-ampliacion-de-autopsia-que-contradice-informe-anterior-y-presencia-de-dos-generales-de-carabineros-en-el-lugar/)
De esta forma, el SML de Temuco descarta la ejecución extrajudicial.
Sin embargo, Myriam Gutierrez, madre de Pablo, plantea que las declaraciones de los Carabineros implicados en el asesinato de Pablo siguen siendo contradictorias.
Por ejemplo en la declaración del Sargento Segundo Mora “Aparecieron tres individuos a unos 15 metros de nosotros, ellos estaban en el camino (…) Al bajarnos de inmediato yo les grité “alto deténganse” en ese momento, todo pasó rápido, por lo que recuerdo, a dos de los tres los vi con armas largas, y estos de inmediato abrieron fuego contra nosotros (…) yo al verme expuesto repelí el ataque disparando la UZI mientras avanzaba agazapado, dirigí los tiros hacia estas tres personas, debí en ese momento haber realizado unos tres tiros. Por su parte Huenchuvil avanzaba por el otro costado del camino también efectuando disparos con su escopeta (…) se ocultaban en los matorrales y solo escuchaba los disparos, en ese momento volví a disparar 12 tiros más. Fueron 20 en total (…) Huenchuvil me dice que el sujeto había salido de entre los matorrales por el costado izquierdo del camino, apuntando hacia el frente con el fusil, y él abrió fuego con la escopeta impactándolo en la cabeza en su costado derecho” (Citado por la Otra Diaria https://laotradiaria.cl/2021/11/17/tres-disparos-en-el-bosque-ultimo-informe-forense-revela-que-pablo-marchant-habria-sido-ejecutado/) mientras que la declaración del Cabo primero Hugo Huenchuvil plantea
“A una distancia aproximada de tres metros más delante de mi ubicación, desde el costado izquierdo del camino, de reojo noté que sorpresivamente salió una persona agazapada que portaba en sus manos un arma larga con la que apuntaba hacia adelante (…) di un pequeño giro e inmediatamente le disparé sin hacer mayor puntería, impactándole en su cabeza, no recuerdo en qué zona”(citado por La otra Diaria https://laotradiaria.cl/2021/11/17/tres-disparos-en-el-bosque-ultimo-informe-forense-revela-que-pablo-marchant-habria-sido-ejecutado/).
Cabe destacar que los carabineros desplegados no potaban cámaras corporales, las cuales son de uso obligatorio, y estuvieron a cargo de custodiar el sitio del suceso, el cuerpo inerte de Pablo y el armamento.
En conversación con Myriam Gutierrez, quien destaca el silencio y nula acción de parte de la fiscalía, plantea que si hay sustentos para continuar con la tesis de la ejecución extrajudicial que fue corroborada por el Tanatólogo Bernardo Morales, e incluso detalla que el abogado querellante Rodrigo Román, se ha contactado con el Fiscal Regional y con el Fiscal a cargo de la causa, solicitando ser atendido en conjunto con el tanatólogo Bernardo Morales, con el objetivo de que el ultimo pueda explicar y detallar el preinforme metapericial forense criminalístico realizado y que concluye que Pablo Marchant Gutierrez habría sido ejecutado luego de ser herido, sin embargo no han recibido respuesta alguna desde la fiscalía, ya a un año de ocurridos los hechos.
La impunidad de quienes ejercen violencia estatal
Myriam plantea que “Se esta ocultando la verdad, como en muchos casos mapuches. Si sigue la impunidad esto seguirá ocurriendo, para el mapuche no hay justicia, no se pueden esperar 20 años para justicia, como en el caso de Alex Lemun.”
Resulta de vital importancia establecer que cuando hablamos de Impunidad, nos referimos a “ausencia de castigo”. Ante la Existencia de una violación de los derechos humanos, el sistema judicial penal diseñado para llevar a juicio y castigar a los responsables se encuentra ausente o no entra en funcionamiento. Cuando esto ocurre la noción misma de justicia, sustento esencial de la convivencia democrática, se ve profundamente distorsionada.
«Los responsables de tales violaciones, al constatar que pueden violar la ley impunemente, encuentran aliento para seguir cometiendo esos crímenes, esto socaba la doctrina del estado de derecho que presume que nadie, incluyendo funcionarios y los gobernantes, se encuentran por encima de La ley” ( Wilder Tayler – Director Jurídico Human Rights Watch, Nueva York, Mayo de 1997)
Por ende, la ausencia, lentitud y falta de voluntad respecto a la investigación judicial solo vienen a reforzar un escenario constante de impunidad en la que se encuentran varias causas donde lxs querellantes son personas pertenecientes al pueblo mapuche, impunidad que se acrecienta a medida que pasan los días, los meses, los años e incluso las décadas, y traen consigo a largo plazo lo que se conoce como Impunidad Biológica, y que hace referencia a la muerte natural de perpetradores, así como de familiares y victimas querellantes contra el estado.
La impunidad trae consigo la revictimización de las familias que exigen al estado, desde el marco legal vigente, ser reconocidos como sujetxs de derecho siendo respetados sus derechos al acceso a la justicia, donde no se vean mermadas por razones políticas las posibilidades de investigación, juicio y castigo.
No es primera vez que hechos de este tipo quedan impunes, así lo establece el libro “El Parlamento de Coz Coz” de Aurelio Diaz Mesa, en el cual se documentan los horrores vividos por los lof del territorio mapunche tras la instalación del Estado chileno en su territorio y la entrega de territorio a colonos chilenos y extranjeros, donde los órganos del estado, entre estos los tribunales de justicia, trabajaban en función del despojo. Similar es la situación jurídica relacionada a la Masacre de Ranquil, que terminó en el olvido jurídico amparado por las leyes de amnistía.
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