Voces desde los territorios por el agua con Claudia Mellado Ñancupil, María Angélica Catrileo y Pablo Marimán Quemenado / El Derecho territorial, como base de las aspiraciones y reivindicaciones de un Pueblo Originario, es asimismo el derecho a la protección de la naturaleza de forma integral, como también, el acceso al agua. Su actual desprotección y crisis se relaciona con un modelo económico basado en la sobre explotación por parte de industrias extractivistas de grupos del poder económico.
El Derecho territorial, como base de las aspiraciones y reivindicaciones de un Pueblo Originario, es asimismo el derecho a la protección de la naturaleza de forma integral, como también, el acceso al agua. Su actual desprotección y crisis se relaciona con un modelo económico basado en la sobre explotación por parte de industrias extractivistas de grupos del poder económico.
A pesar de una supuesta abundancia de fuentes hídricas y de amplias zonas de lluvias principalmente en el sur, cientos de miles de personas en diferentes zonas rurales del País enfrentan una severa escasez hídrica y que está estrechamente relacionado con la mercantilización y saqueo del agua, hecho así por régimen político y modelo económico dominante en Chile, que ha permitido la privatización del agua, que si bien es considerado de uso de “todos los chilenos (as)”, se otorga su uso a empresas, muchas de ellas transnacionales mineras, agroexportadoras, forestales-celulosas, energía sanitarias; lo que produce una escasez de este vital elemento y un alto costo del servicio para las personas..
Al año 2016 se estimaba que en la Araucanía, cerca de 100 mil personas en diferentes zonas rurales enfrentaban escasez hídrica, es decir el 10,6% del total de la población regional, en su mayoría población Mapuche y principalmente en zonas impactadas por una alta concentración de monocultivos de la industria forestal y luego, agroindustrial, a quienes se les tiene que hacer entrega de agua potable en caminiones aljibes, cuyo promedio ha sido inferior a los estándares recomendados por la Organización Mundial de la salud.
Hoy la situación es más crítica debido a que se ha intensificado la escasez y además, se vive una crisis sanitaria global cuyo impacto humano, económico y social aún no se logra dimensionar, siendo el acceso al agua un factor fundamental para enfrentar la pandemia, donde una y otra vez se señala que lavarse las manos minuciosamente es clave para evitar el contagio del covid 19, pero además, el impacto es mucho más letal con respecto a las posibilidades productivas en los sectores campesinos y de comunidades.
En tiempos de otoño, tres voces comparten un balance de lo que se vive en diferentes territorios que dan cuenta de situaciones relacionados a la vida social, cultural, económica, sanitaria y ambiental.
Voces desde los territorios por el agua
Claudia Mellado Ñancupil, vive en el sector Hueichahue – Quilaco, en la comuna de Nueva Imperial. Es una de las impulsoras de Biodiversidad Alimentaria desde donde se ha dedicado al rescate, identificación, descripción y multiplicación de Semillas Tradicionales para su revalorización y protagonismo en una agricultura regenerativa campesina, quien hace referencia a las implicancias que hay en su territorio con respecto a la escasez hídrica. Asimismo, da cuenta de los impactos que existe en diversos otros territorios a las actividades de huertas tradicionales y soberanía alimentaria de los pueblos, situación que se relaciona con actividades externas de industrias forestales y agroindustriales.
Angélica Catrileo, dirigenta de la Mesa de Salud Mapuche en el territorio de Boyeco – Tromen, comuna de Temuco, quien además es actualmente candidata a Concejala, cuyo territorio con una alta población de comunidades Mapuche se vio afectado gravemente por más de 24 años en su calidad de vida a causa de un mega basural municipal -que lograron cerrar-, pero manteniendo la contaminación de esteros y pozos de agua, y además enfrentar una progresiva sequía, situación que generó un radical cambio negativo en la vida de sus habitantes por el daño a las actividades económicas de numerosas familias, como la agricultura, quienes hoy continúan esperando el compromiso estatal de la instalación de agua potable para los hogares.
Pablo Marimán Quemenado, vive en el sector Curaco Trañi Trañi camino Chol Chol a Galvarino en la Araucanía. Se dedica a la docencia, investigación e historia mapuche, como también a varias actividades de campo, quien comparte sus impresiones sobre las implicancias en dicho territorio de vivir con escasez hídrica, dando cuenta que ha observado cómo se ha disminuido el agua en el tiempo, recordando que sacaba agua de un pozo muy antiguo que en el verano se mantenía, sin embargo, identifica que a lo menos en los últimos 5 años ya comenzó a secarse y debieron comenzar a recibir agua en camiones aljibes, señalando que para quienes tienen animales y actividades agrícolas se vuelve un tema mayor, porque hay que regar algunas siembras y los animales si o sí tienen que beber agua. Señala que la tala rasa de la industria forestal en las inmediaciones ha arrasado con todo lo nativo, que ha drenado agua y sobre la maleza y pastos, se han empleado químicos, sin que importe la vecindad.
Por Radio Minga – Red de Medios de los Pueblos
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