En la madrugada del 3 de noviembre de 2020, en la localidad de Llongahue, comuna de Panguipulli, región de Los Ríos, se consumó el Femicidio número 45 de ese año (1) . Yenny Shirley Ancamilla Collinao, de 26 años, fue asesinada por el padre de su hija (10 años), Alejandro Mauricio Cifuentes Salas, quien la golpeó y apuñaló, al menos 68 veces, huyendo del lugar del crimen, para luego entregarse en el Retén de Carabineros de Coñaripe.
Por Juana Paillalafken
En la actualidad, el imputado está con prisión preventiva, en el Centro Penitenciario Llancahue de Valdivia, puesto que en la audiencia de formalización de la investigación (causa rol 1.291.-2020), el magistrado Felipe Muñoz Hermosilla determinara que Alejandro Cifuentes, de 37 años, representaba un peligro para la seguridad de la sociedad, fijando un plazo de investigación de 120 días.
En lo que sigue, se expondrán algunos apuntes que visibilizan el modo en que la sociedad chilena, y su ciudadanía, se vuelven cómplices de la violencia contra las mujeres; el problema que se busca evidenciar es la normalidad con la que se afrontan estas conductas, hasta el punto de que existan instituciones que salgan en defensa de femicidas, como Alejandro. Lo más preocupante, y peligroso, de esta situación refiere a la vinculación de los intereses comunitarios, públicos, y privados, con la cultura patriarcal.
“El femicidio representa el extremo de un continuum de terror anti-femenino que incluye una amplia variedad de abusos verbales y físicos, tales como violación, tortura, esclavitud sexual (particularmente por prostitución), abuso sexual infantil incestuoso o extra-familiar, golpizas físicas y emocionales, acoso sexual (por teléfono, en las calles, en la oficina, y en el aula), mutilación genital (clitoridectomías, escisión, infibulaciones), operaciones ginecológicas innecesarias (histerectomías gratuitas), heterosexualidad forzada, esterilización forzada, maternidad forzada (por la criminalización de la contracepción y del aborto), psicocirugía, negación de comida para mujeres en algunas culturas, cirugía plástica, y otras mutilaciones en nombre del embellecimiento. Siempre que estas formas de
terrorismo resultan en muerte, ellas se transforman en femicidios.” (Gobierno de Chile, 2016, p.11) (2).
Cuando me puse a revisar las fuentes periodísticas del crimen contra Yenny, hubo dos aspectos que me llamaron mucho la atención; el primero tiene que ver con el hecho de que en su mayoría no daban cuenta del nombre del criminal (3) . El otro suceso que pasa desapercibido, o se asume como normal, es la diferencia de edad en la pareja, cuestión que refleja un patrón claro de machismo, y que “opera como mecanismo social clave para
perpetuar la inferiorización y subordinación de las mujeres, en tanto el ejercicio de poder se considera patrimonio genérico de los varones” (CEPAL, UNICEF, pp. 15) (4) . A continuación el enunciado de un medio de comunicación regional, <<Mi Valdivia>>:
“Ambos estaban casados desde el año 2010, “unión de la cual nació una hija de actuales 10 años. Esta relación de pareja estuvo marcada por constantes y habituales agresiones verbales y físicas en contra de la víctima por parte del imputado”. (Imputado por el femicidio de su cónyuge en Panguipulli quedó en prisión preventiva – Mi Valdivia).
¿Acaso les resulta normal que una joven de 16 años contraiga matrimonio con un hombrede 27 años?
“(…) Quién a lo largo de sus años ha manifestado y demostrado ser fiel seguidor de nuestro Club Deportivo Luchador Coñaripe, apoyando en todo momento nuestro plantel e institución y cooperando tanto directa como indirectamente en todos nuestros eventos deportivos y benéficos.
Como asociación nos permitimos hacer llegar a vuestra señoría nuestras impresiones de la persona don Alejandro; señalo que se trata de un hombre muy trabajador, siempre dispuesto a cooperar desinteresadamente en todo aquello cuanto pueda, una persona carismática, muy cercana y preocupada de su familia, un joven de correcto proceder y en general, un hombre íntegro y respetuoso de la moral y las buenas costumbres.”
[Extracto de “Carta de Recomendación emitida por Jessica Soledad Cofré Cofré –Presidenta Club Deportivo Luchador Coñaripe (16/12/2020)”]
Una que ha sufrido de violencia puede reconocer inmediatamente cuando otra mujer está siendo maltratada. De todos los antecedentes que pude recopilar sobre el femicidio de Yenny, hay algunas cosas que quisiera compartir; me reservaré el nombre de las fuentes, pues, hace rato que en Panguipulli se respira un aire belicoso. Aseguro que nadie podrá
negar que Alejandro no dejaba que Yenny pudiese estudiar, trabajar, o juntarse con quien quisiera; las razones son las de siempre: porque tu labor está en la casa, en la familia, y con eso basta… porque en el trabajo siempre hay hombres que no saben comportarse y te pueden molestar…
La ley de Femicidio promulgada en 2010 es parcial, considera como tales sólo los asesinatos de mujeres cometidos por sus parejas o ex parejas. No recoge el sentido real del Femicidio, debido a que lo reduce a las relaciones de familia, desconociendo aquellos asesinatos de mujeres que se cometen en otros ámbitos y que obedecen a las mismas causas: misoginia, sometimiento, opresión, desprecio por la vida de las mujeres, búsqueda
de control de su sexualidad y capacidad reproductiva. Es así como quedan fuera de la ley las mujeres y niñas violadas y asesinadas por conocidos, amigos, desconocidos, clientes y los crímenes de odio a lesbianas. (Registros de femicidios – Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres (nomasviolenciacontramujeres.cl))
Alejandro tenía una orden de alejamiento por violencia intrafamiliar, la que no respetó. Todos los días iba a hostigar a Yenny, se escondía cerca de la casa, o de frentón la encaraba pidiendo disculpas, diciendo que cambiaría. Pero Yenny ya estaba decidida, había logrado tomar consciencia de lo insano de la relación, y el contexto de violencia al cual había estado sometida. Sin embargo, un día en el que se encontraba fuera, participando en actividades educativas en la iglesia, Alejandro llegó a su casa y contó a los padres de Yenny que tenía cáncer terminal, dando cuenta de sus dotes manipuladores. Aun cuando estaba triste por la decisión que su familia le obligó a acatar, ella mantenía las esperanzas de forjar su futuro; de todos modos iría al juicio, esa era la puerta de salida: “tendré que aguantar, porque llegará el juicio, y lo van a tener que echar, y eso va a pasar, y se va a alejar”.
“(…) La institución que suscribe la presente y encontrándose plenamente vigente, acredita conocer a la persona antes individualizada, y da fe de su reconocida calidad moral y buen comportamiento a lo largo de aproximadamente 32 años, cantidad de tiempo que éste y su familia lleva viviendo en la localidad de Coñaripe; también podemos certificar que don
Alejandro es un vecino muy trabajador –últimamente, ejercía labores de transporte de pasajeros de manera independiente-, un hombre siempre dispuesto a cooperar en diversas causas sociales, un ser muy cercano a su familia, y al cual jamás se ha visto involucrado en ningún tipo de embrollo ni altercados.”
[Extracto de “Carta de Recomendación emitida por Sara Cifuentes Leiva –
Presidenta Junta de Vecinos N°5 Entre Lagos de Coñaripe (16/12/2020)”]
La directora del Instituto de la Mujer, Gloria Leal mencionó que “a casi 30 años del Servicio Nacional de la Mujer, la violencia de género no disminuye. Los diagnósticos han sido muchos. Las demandas han sido puestas en todos los espacios. ¿Qué falla?: La institucionalidad, porque las instituciones son débiles y cuenta con bajo presupuesto para actuar”. (Aumento de violencia de género: acuerdan oficios para agilizar proyectos para protección de víctimas y de apoyo – Senado – República de Chile).
Al principio fue todo color de rosas, Alejandro se portó súper bien con el embarazo, pero no mucho después del nacimiento, una mujer llegó a la casa de Yenny y sus padres, para acusar que Alejandro era su pareja, y que tenía otra familia. Ese fue el primer hecho de violencia que sufrió ella, y desde ese momento, no paró hasta que Yenny fue asesinada.
Sobre los femicidios frustrados y consumados en Panguipulli (5) , las siguientes son categorías de análisis que comparten las víctimas:
- El aislamiento que puede variar o complementarse, según sea el caso, en
aislamiento de tipo geográfico y espacial, o en aislamiento de carácter social. - El factor socioeconómico, que comprende los ingresos económicos de las mujeres, su acceso a educación, las personas que dependen de la unidad familiar y la situación habitacional en la cual se encuentre.
- La violencia, que puede desarrollarse como psicológica, física, económica y sexual.
- El arraigo, que se describe como la dependencia tanto económica como afectiva que han desarrollado las mujeres con el territorio y la espacialidad en la que habitan.
- La conciencia sobre la violencia, es decir, su capacidad de detectar que están siendo víctimas de algún o varios tipos de violencia, y la capacidad de tomar decisiones en pro de su bienestar.
- La respuesta institucional, que comprende la respuesta que dan los Centros de Salud al problema, las Instituciones Municipales, Carabineros de Chile y el Juzgado en una instancia final.
Recordar: Alejandro tenía una orden de alejamiento por violencia intrafamiliar que no respetó; Yenny estaba siendo asistida por el Centro de la Mujer de Panguipulli, y luego de un proceso intenso, ya tenía conciencia de la violencia que estaba sufriendo.
“En relación al desempeño laboral, puedo destacar en don Alejandro las siguientes cualidades y aptitudes: responsabilidad de horarios, honradez, muy respetuoso con los usuarios, amable y en general, una persona muy educada. Hacer presente que jamás del tiempo que don Alejandro Mauricio Cifuentes Salas prestó servicios a la empresa, recibí reclamo o queja alguna referida a su persona o al cumplimiento de sus funciones”
[Extracto de “Carta de Recomendación emitida por Leonel Gustavo Herrera Valderrama – Dueño de Empresa de Transportes Buses Coñaripe (16/1/2020)”]
Si alguien conoce a una mujer que está sufriendo violencia de género, creo que ahora, con esta situación tan especial y con tanta incertidumbre, tenemos una obligación, si cabe, aún mayor en ayudar a esas mujeres. Darles estrategias para que puedan salir adelante. Porque muchas veces la política pública no puede llegar a ellas. Entonces es importante que la
comunidad esté ahí para apoyarlas y que generemos intervenciones o estrategias que sean más informales (Violencia de género: la pandemia que viven las mujeres en cuarentena – Pontificia Universidad Católica de Chile (uc.cl))
Recuerdo que en el funeral de Yenny había presencia de muchos pastores evangélicos de la zona, que divagaban en nombre de la biblia, buscando de alguna forma aplacar el desconsuelo de la familia, buscando justificaciones en la palabra de Dios. También se hizo presente el alcalde de Panguipulli. Yo pensaba en el resto de mujeres que en estos momentos están siendo víctimas de violencia, y en la pandemia: desde sus inicios, las mujeres que viven en sectores aislados de la comuna, quedaron desamparadas de la protección institucional… por cuestiones protocolares se hicieron inviables las visitas en terreno.
“Certifico: conocer visualmente a don Alejandro Cifuentes Salar, RUT 15.495.829-7, domiciliado en el lugar de Boca Toma, ciudad de Coñaripe, comuna de Panguipulli (…) Es un hombre trabajador independiente realizando fletes y transporte de pasajeros de ida y vuelta a las termas de diferentes sectores. Extiendo el presente certificado a petición de su
señora madre, para ser presentado en los tribunales de justicia correspondientes.”
[Extracto de “Carta de Recomendación emitida por Mario Illesca González –
Corporación Iglesias Evangélicas Unión Centros Bíblicos (07/12/2020)”]
Los extractos de Cartas de Recomendación fueron utilizadas por parte de la defensa de Alejandro para extender el plazo de investigación, retrasando el veredicto, y posibilitando encontrar los recovecos para minimizar la sentencia: ¿se hará pasar por loco?, ¿dirá que él es la víctima, que fue en defensa propia?
Un Club Deportivo, una Junta de Vecinos, una Iglesia, y una Empresa: todas instituciones que expresan la falta de consciencia sobre la violencia contra la mujer, que si bien es un problema estructural, social, invitan a cuestionar la capacidad de liderazgo de las instituciones públicas, privadas y comunitarias, que hoy existen en Coñaripe. Si aún le quedan dudas sobre lo peligroso que es ser cómplices de estos actos, ¿de qué modo se puede justificar, o respaldar, que un hombre haya apuñalado 68 veces a la mujer que decía amar?
A través de estas líneas se extiende la invitación a dichas instituciones y organizaciones a que recapaciten y pidan disculpas públicas a la familia de Yenny Ancamilla Collinao.
Ante el desamparo institucional, somos nosotras quienes debemos promover la participación comunitaria, generando redes de apoyo y educación, así como herramientas para visibilizar y contra atacar la cultura machista, patriarcal.
1.- El año 2020 hubo 68 femicidios consumado, según los registros de la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres; en el 2021, ya se registran 10 crímenes de esta índole; siendo el último registrado el 3 de marzo,
y en el que un hombre de 64 años golpeó y violó a una joven, para luego asesinarla y enterrarla en un lugar eriazo (www.nomasviolenciacontramujeres.cl).
2.- Cita extraída de Análisis comparativo: femicidios consumados y frustrados en la comuna de Panguipulli, región de Los Ríos (2008 y 2017) (Gutiérrez González, Valentina; 2018).
4.- Cita extraída de Análisis comparativo: femicidios consumados y frustrados en la comuna de Panguipulli, región de Los Ríos (2008 y 2017) (Gutiérrez González, Valentina; 2018).
5.- Cita extraída de Análisis comparativo: femicidios consumados y frustrados en la comuna de Panguipulli, región de Los Ríos (2008 y 2017) (Gutiérrez González, Valentina; 2018).
*Imagen portada vía Red Panguipulli Velatón por Yenny.
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