Vía Red Nacional de Humedales:
“Mientras el Reglamento no sea publicado en el Diario Oficial los humedales urbanos y periurbanos seguirán amenazados. Cada día sin reglamento es una nueva oportunidad para la destrucción y mal manejo de los humedales, tanto por proyectos de particulares como por aquellos de organismos estatales que construyen carreteras, puertos y canales sobre estos ecosistemas”.
De Arica a Punta Arenas ciudadanos e integrantes de más de las 35 organizaciones socio-ambientales que conforman la Red Nacional de Humedales, se manifestaron el día de ayer en sus territorios exigiendo la urgente publicación del reglamento de la Ley de Humedales Urbanos.
Asimismo, representantes de la Red Nacional llegaron hasta las dependencias del Ministerio de Medio Ambiente y Controlaría en las distintas ciudades a lo largo del país para solicitar que se avance inmediato en la implementación de la Ley de Humedales Urbanos y así se reconozca oficialmente como “Humedal Urbano” los 1.771 humedales urbanos y periurbanos identificados en el Inventario Nacional de Humedales 2020, agregando a esta lista aquellos contenidos en inventarios regionales y comunales.
¿En qué etapa se encuentra esta ley?
La Ley de Humedales Urbanos fue publicada en enero de 2020. Su Reglamento, elaborado por el Ministerio del Medio Ambiente, contó con el pronunciamiento favorable del Consejo de Ministros para la Sustentabilidad el 30 de julio 2020. Luego de largos cuatro meses, el pasado 13 de noviembre Contraloría tomó razón del Reglamento, procedimiento requerido para su posterior publicación y entrada en vigencia.
¿Qué consecuencias tuvo esta demora?
Esta demora provocó que -en la práctica- la Ley de Humedales Urbanos fuera letra muerta, al no poder implementar el procedimiento para la declaración de humedales urbanos y las otras herramientas para la protección de estos ecosistemas contenidas en la Ley. Mientras el Reglamento no sea publicado en el Diario Oficial los humedales urbanos y periurbanos seguirán amenazados.
Cada día sin Reglamento es una nueva oportunidad para la destrucción, daño y mal manejo de los humedales urbanos y periurbanos, tanto por proyectos de particulares inescrupulosos que destruyen estos ecosistemas, como por aquellos de organismos estatales sin criterio ni competencia en materia ambiental como el Ministerio de Obras Públicas (MOP) que construyen carreteras, puertos y canales sobre humedales.
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