Lorena Bugueño
Cuando alguien me pregunta ¿cómo es Chile? Respondo que es un fundo muy largo y angosto en el pacífico austral del sistema-mundo colonial. El fundo es un tipo de ordenamiento territorial, de carácter ‘señorial’ y de orientación agroganadera, del que emerge la elite criolla progresista, que dará origen a la nación chilena. El fundo constituye el poder territorializado de la elite dominante y por ende, la cuna de una ‘chilenidad’ construida para perpetuar sus privilegios.
En este fundo llamado Chile existe un amplio sector de inquilinxs disciplinadxs que agradecen los favores de ‘Patronas’[1] y ‘Patroncitos’; este último, es el término cariñoso usado por el inquilinaje para referirse al terrateniente que vio crecer hasta convertirse en el ‘amo y señor’ de la tierra y de sus propias vidas. Por supuesto, también existe un sector de capataces que protegen con ‘chicote y a bala’ las tierras del patrón; y periféricamente algunxs revoltosxs que no se cansan de amenazar, una y otra vez, el orden señorial.
Esta es una síntesis de la nación chilena, aunque aclaro que no mucha gente estaría de acuerdo con dicha síntesis e incluso sería juzgada de resentida. Sin embargo, no estaría mal discutir los efectos actuales del mito fundacional del Chile bienportado, aquel de buenas Patronas y Patroncitos, y buenxs inquilinxs, donde una elite económica se ha reproducido por más de dos siglos como ‘poder constituido’.
Si bien la ‘Revuelta popular’ del 2019 puso en serio riesgo la estabilidad del fundo, la verdad es que a 10 meses de los hechos, el poder de la elite económica sigue intacto. La retórica de la chilenidad bienportada, aquella que se reconoce en el éxito económico de un país que crece y que gana gracias al esfuerzo de su gente, ha sido reciclada por el empresariado, que se reinventa a sí mismo aprovechando el escenario pandémico. Una certeza es que Chile sigue siendo el fundo donde Patroncitos y Patronas discuten en los almuerzos gourmet de ‘Casa Piedra’[2] las fronteras de la política pública, las estrategias de pacificación y el destino de su inquilinaje. De hecho, a fines de enero, cuando las barricadas populares aun alumbraban las noches en los sures y nortes de estas tierras, el Instituto Chileno de Administración Racional de Empresas (ICARE)[3] convocó a un mega encuentro en ‘Casa Piedra’ con la consigna “Conexión con divergencia”[4], para pensar colectivamente como enfrentar el tiempo de revuelta.
En el distendido almuerzo de ‘Casa Piedra’, la elite empresarial escuchó con atención los análisis y sugerencias de reconocidos think tank neoliberales. Por ejemplo, en la presentación de Loreto Cox[5], se afirmó que gran parte de lxs chilenxs justifica las desigualdades cuando se deben al esfuerzo. En su argumentación, Cox traduce en clave tecnocrática, la desigualdad estructural a una métrica de desigualdades individuales, visibles en los ingresos per cápita; contradiciendo los marcos interpretativos de la ‘Revuelta’. En una línea complementaria, Juan Pablo Luna[6], sentenció el agotamiento de las fórmulas que sostuvieron el éxito empresarial postdictadura, y sugirió a los asistentes, visibilizarse como actor central de un nuevo capitalismo socialmente legítimo. El empresariado acusó recibo y rápidamente se rearmó, coordinando una elaborada estrategia contrainsurgente basada en la apropiación y resignificación de la crítica al modelo. Así, movilizando su experiencia de siglos como elite dominante, el empresariado chileno ha iniciado una fuerte ofensiva cultural, para perpetuar su hegemomía. Sea como sea Patronas y Patroncitos conocen muy bien a su inquilinaje, quienes son leales y quienes no, pues en su fundo no se mueve una hoja sin que lo sepan.
En este escenario, el COVID19 ha abierto una oportunidad política para el empresariado, que reivindica una profunda moralidad liberal y un patriotismo mesiánico, desde el cual recrea la relación histórica de favores y dones que lo vinculan al inquilinaje; como lo manifiesta Juan Sutil Servoin, presidente de la Cámara Chilena de la Producción y el Comercio (CPC), en Chile “hay que hacerse perdonar el éxito, porque tener mucha plata no tiene ver con la calidad humana”[7]. Desde el rol mesiánico de un empresariado empático, es que Sutil lidera la campaña ‘SiEmpre por Chile’ que ya ha donado 515 ventiladores mecánicos al sistema de salud pública, 130 mil cajas de alimentos a familias vulnerableas a través de Ministerio de Desarrollo Social, 240 mil raciones de alimentos para 300 comedores y ollas comunes. Para hacernos una idea de la narrativa empresarial posterior a la Revuelta de Octubre, solo basta leer la presentación de dicha campaña, en la que se señala: “Somos las empresas, los empresarios, las familias y grupos empresariales comprometidos SiEmpre con Chile, aportando al bien común y a la construcción de un mejor país desde la solidaridad, la innovación y la colaboración (…) mostrando aquí iniciativas concretas que estamos realizando con Chile, para Chile, SiEmpre por Chile”[8]. Cabe señalar la fuerte presencia del empresariado extractivista en dicha cruzada, donde destacamos a Barrick, Minera Pelambres, Colbun, CMPC, AngloAmerican, el Consejo Minero, BHP, Teck y por supuesto, empresas Sutil.
Así, los mismos responsables de la devastación territorial, y el empobrecimiento y explotación de nuestras comunidades, hoy limpian su imagen y generan nuevos nichos de negocios con campañas de caridad mediáticas. Han sido siglos de filantropía empresarial, operando como efectiva estrategia de control social, siglos de violencia estructural invisibilizadas por la caridad de los patroncitos y patronas, hasta sedimentar la narrativa de una chilenidad solidaria, donde los empresarios junto a su pueblo, en un pacto sin clases sociales antagónicas, trabajan juntas para levantar la patria. Esta narrativa de ‘solidaridad policlasista’, que se instala en plena pandemia, pretende bloquear la expansión del espíritu de revuelta. Bajo este discurso es imposible pensar que en Chile exista una lucha de clases, para la elite lo que existe son ‘desconexiones y divergencias’.
Paradójicamente, el empresariado explotador se ha envestido de solidaridad y empatía, tanto que incluso se hace parte de las ollas comunes, infiltrándose en el corazón mismo de las resistencias populares; a la vez que asegura condiciones sanitarias y sociales mínimas para que el plebiscito por una ‘Nueva Constitución’ no se postergue nuevamente, ya que como manifiesta Juan Sutil hay que salir lo más rápido posible de la incertidumbre y la polaridad social, pues la inseguridad perjudica la inversión[9].
Como dicen los patroncitos en Chile ‘a caballo regalado no se le miran los dientes’. Este 3 de septiembre se supo que el Ministerio de Salud, debió dar de baja los ventiladores, modelo CWH-3010 de la empresa Chen Wei, donados por la cruzada que lidera Juan Sutil, ante la alarma de especialistas médicos que identificaron graves fallas en los aparatos, según informó el reconocido medio Interferencia. Cabe destacar, que estos ventiladores fueron entregados inicialmente a hospitales públicos de la Región Metropolitana, y posteriormente a regiones.
Al parecer la estrategia del empresariado chileno para mantener el control de su fundo, es liderar un nuevo Chile, donde las injusticias sean disimuladas con ‘dones’, y se instale un capitalismo renovado, capaz de perfeccionar las dinámicas de explotación. Como dice Francisco Pérez Mackenna, gerente general del Grupo Quiñenco S.A[10], hay que agradecer porque el paradigma de los negocios está cambiando hacia un “capitalismo de los stakeholders”[11], el que ya ha sido instalado en las cumbres globales del capitalismo, como el Foro Económico Mundial de Davos 2020[12]. En tal sentido, esboza que quizás el camino es hacia un nuevo modelo de negocios donde exista una representatividad de los trabajadores, los proveedores, las comunidades donde se llevan a cabo estos negocios.
Un capitalismo renovado para un Chile de ‘valor compartido’, donde Patronas y Patroncitos están dispuesto a invitar a su inquilinaje más fiel, sin importar si es mujer, indígena o disidente sexual, a compartir en su mesa, SiEmpre y cuando sigan siendo ‘amos y señores’ de este fundo llamado Chile. ■
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Notas:
[1] Revisar el trabajo de investigación “Patronas: Mujeres del Neoliberalismo Salvaje” del Colectivo Libertario Flora Sanhueza, disponible en: https://drive.google.com/file/d/1-8giyAFCAH_SOfHh0izZVUKS0U5aKYR-/view
[2] Centro de eventos del ‘barrio alto’ santiaguino, donde se realizan los principales encuentros y reuniones del empresariado chileno.
[3] ICARE es una corporación que agrupa a más de 1.200 empresas de las diversas actividades de la producción, el comercio y los servicios, transformándose en uno de los espacios más influyentes no tan sólo en ámbito económico, sino que también político. Link: https://www.icare.cl/sobre-icare/
[4] ICARE. Mesa Temática B “El diálogo de las ideas: La conexión de la divergencia”. Recuperado de https://www.icare.cl/contenido-digital/almuerzos-tematicos-enade-2020/
[5] Miembro del Comité de Opinión Pública del Centro de Estudios Públicos (CEP) y del Consejo universitario de la Universidad de Chile, realizó una presentación titulada ‘Desigualdad, ¿se justifica?
[6] Académico del Instituto de Ciencia Política y de la Escuela de Gobierno de la Pontificia Universidad Católica de Chile, cuestiona en su presentación ‘¿Qué desigualdades se politizaron en el 18 de octubre? ¿Con qué consecuencias para una nueva sociedad?’.
[7] Entrevista a Juan Sutil Servoin, en el programa La Mente de Un Empresario, 23 de octubre de 2017. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=DwiqB5X7YTY
[8] Campaña de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), la cual agrupa a los 6 gremios empresariales de Chile: Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (CNC), Sociedad Nacional de Minería (SONAMI), Sociedad de Fomento Fabril (SFF), Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y Asociación de Bancos (ABIF). Link de la campaña: https://siempreporchile.cl/
[9] El Mostrador. (19 de agosto de 2019). Juan Sutil cierra la puerta a postergación del plebiscito: presidente de los empresarios advierte que podría generar “más inseguridad” para la inversión. El Mostrador. Recuperado de https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2020/08/19/juan-sutil-cierra-la-puerta-a-postergacion-del-plebiscito-presidente-de-los-empresarios-advierte-que-podria-generar-mas-inseguridad-para-la-inversion/
[10] Quiñenco S.A es la filial matriz del grupo Luksic que a su vez es el consorcio empresarial con la mayor fortuna de Chile y lidera áreas económicas de la minería, industria, finanzas, alimentos y telecomunicaciones. En particular, Quiñenco S.A controla más 81% de la propiedad del holding Luksic, centrada en operaciones industriales y financieras. Su presidente es Andrónico Luksić Craig y sus empresas son Banco de Chile, Compañía de Cervecerías Unidas (CCU), Compañía Cervecera Kunstmann, Cervecería Austral, Viña San Pedro Tarapacá, Compañía Pisquera de Chile, Madeco, Habitaria, Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), Empresa Nacional de Energía (ENEX), Shell Chile y Terpel Chile y Plava Laguna. Link: https://quinenco.cl/grupo-quinenco/declaracion-corporativa/
[11] ICARE. Mesa Temática C “El Rol de la Empresa: Otra vuelta de tuerca”. Link: https://www.icare.cl/contenido-digital/almuerzos-tematicos-enade-2020/
[12] Foro Económico Mundial, Manifiesto de Davos 2020: El propósito universal de las empresas en la Cuarta Revolución Industrial- Recuperado de https://es.weforum.org/agenda/2019/12/manifiesto-de-davos-2020-el-proposito-universal-de-las-empresas-en-la-cuarta-revolucion-industrial/
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Lorena Bugueño, chilena, es investigadora en el Colectivo El Kintral, espacio de investigación militante, dedicado al análisis geopolítico de la conflictividad ecoterritorial, en el norte semi árido de Chile. Publicado originalmente en Palabra Salvaje, 16 de setiembre de 2020. Se permite la reproducción siempre que se cite la fuente.
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