«A más de un mes de la publicación del “primer” caso confirmado de COVID-19 en Chile y con la creciente instalación del miedo, paranoia, violencia de género y confinamiento obligatorio y/o voluntario en nuestras viviendas, hemos tenido que sortear el abandono de las calles, de la protesta material y física (pues nos queda la “virtual”), para dar paso a un “cambio” de foco y volcarnos a la preocupación por las diferentes estrategias sanitarias y de supervivencia (esto último para lxs menos y nada privilegiadxs de la repartija de la torta) que debemos adoptar con el fin de protegernos y rifar la pandemia que ataca y amenaza al mundo entero desde diciembre de 2019.
Ante aquello, no se puede dudar que la llegada del Covid-19 y la consecuente “paralización” de nuestras cotidianidades, le vino como anillo al dedo al Estado de Chile y a todxs aquellos que temían la situación e incertidumbre que trajo consigo el estallido social ocurrido el pasado 18 de octubre de 2019 y posterior revuelta extendida hasta inicios de marzo de 2020, para “terminar” (para ellxs) o bien, suspender hasta nuevo aviso (para nosotrxs) con las demandas sociales, la incansable ocupación de las calles, de Plaza Dignidad (ex Plaza Italia y centro neurálgico de la capital metropolitana, a saber, Santiago de Chile), las constantes denuncias de las incesantes injusticias amparadas en su constitución que, caen y recaen sobre lxs habitantes de la región llamada Chile, el avance de las diversas asambleas territoriales conformadas como espacios de organización alternativa al mundo institucional acaparador de la política y su ejercicio; y todo aquello que estaba concretamente atentando contra “el estado de las cosas” permanente y por gusto vitalicio, quedó en pausa o en el olvido como ya aspiran lxs poderosxs, sin embargo, nosotrxs lxs de ayer, ahora y siempre estamos aquí, observando cada paso, habladuría y medida estatal que han desplegado en este contexto de “catástrofe” (que tanto le conviene al gobierno), observando como con cada “ayuda” (bonos) que tiran en “beneficio” de lxs más “vulnerables” (Por supuesto, con las estipulaciones presididas por ellxs mismxs de quiénes son vulnerable) queda más en evidencia la avaricia y la sed de acumulación de riqueza con la que operan estos parásitos del Estado y del capital. Estamos aquí esperando y auto cuidándonos para cuando llegue el momento de retomar la revuelta, momento que no se vislumbra tan lejano con las últimas declaraciones estatales de instalar una “nueva normalidad”, momento de retomar las calles con nuestras históricas demandas sociales, momento de retomar nuestras vidas en aras de alcanzar la tan anhelada transformación social.
¡Porque NO hemos decaído NI olvidado!
¡Las calles serán recuperadas!
¡La revuelta continúa!
¡Ni amas Ni esclavas
Anarco Feministas Organizadas!»
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