Concepción, 26 de agosto de 2025.
La red de apoyo del preso político mapuche Guillermo Camus, denunció a través de un comunicado el hostigamiento sistemático que sufren él y otros prisioneros políticos mapuche en el Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) Biobío. Estas prácticas, que se mantienen en el tiempo, tendrían como objetivo aplicar castigos intrapenitenciarios o sanciones disciplinarias mientras los presos esperan la resolución de sus solicitudes de acceso a beneficios o traslados.
En conversación con esta radio, miembros de la red de apoyo señalaron que Guillermo Camus ha sido castigado en nueve ocasiones en tan solo diez meses. El 15 de agosto del 2025, se realiza un allanamiento a la celda de Guillermo y según informaron a través de una cuenta de instagram Camus fue allanado, golpeado, trasladado a una celda de castigo y posteriormente designado al módulo 34, en un proceso que indican como irregular. La familia y red de apoyo del prisionero político denunciaron públicamente este hecho de hostigamiento por parte de Gendarmería de Chile en el Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) Biobío:
“Lo que sabemos del 15 de agosto es que él iba a bajar de la celda al conteo y se dio cuenta que había un procedimiento en curso, en el cual se le revisó solo a él, a las 10 am se le comunicó que estaba castigado, va a la celda de castigo toda la noche y al otro dia se va al módulo 34. Lo sacaron del módulo 46 de conducta que le permite acceder a algunos beneficios intrapenitenciarios como el de trabajar. Cuando lo designaron al módulo 34, él al revisar sus pertenencias estaba toda su ropa rota. Hoy 26 de agosto Camus ha sido allanado y castigado nuevamente y la red de apoyo no sabe aún el motivo de este castigo.
Lo que estamos viviendo es una situación de peloteos constantes de módulo en módulo que generan complicaciones para las familias, pues cambian los días de visitas y de encomienda. Esto además hace complicado poder concretar una audiencia con el Alcaide, pues estas son un día distinto. Además no hay una dirección fija, sino que desfilan subrogante tras subrogante”.
Un historial de Abuso y resistencia
La situación actual se enmarca en una historia de persecución política y resistencia.
En 2024, Guillermo Camus sostuvo una extensa huelga de hambre de 118 días, que casi le costó la vida, para exigir su traslado al Centro de Estudios y Trabajo (CET) de Cañete, derecho contemplado en la normativa penitenciaria chilena amparado por el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Tratado internacional que estipula que aquellos privados de libertad que sean miembros de pueblos indígenas deben cumplir sus condenas de forma tal que se respete su cosmovisión y cultura.
Durante la huelga, Guillermo fue víctima de abusos y torturas: engrilletamientos en hospitales, alimentación forzada, luz permanente durante el sueño, negación de visitas familiares y extorsiones para acceder a comunicaciones básicas. Según antecedentes entregados a organismos internacionales, a los cuales la radio tuvo acceso, en el hospital penal del CCP Biobío incluso fue testigo de muertes de otros internos sin recibir atención médica oportuna.
En Noviembre del 2024, la familia de Guillermo envió a la ONU, al Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) y al Ministerio de Justicia un informe completo sobre el trato vejatorio hacia Guillermo y las consecuencias físicas y psicológicas de éste. La familia indica que la cartera les respondió lo siguiente:
“Desde el Ministerio de Justicia de ese entonces la respuesta fue que ellos no tenían competencias para hacerse cargo de esta situación pues la solicitud de audiencia no corresponde con las materias asociadas a la ley del lobby”.
Condiciones críticas en el CCP Biobío
Por otra parte, la red de apoyo de Guillermo denunciaron que la situación de precariedad en el CCP Biobío es grave y afecta no solo a prisioneros políticos mapuche, si no que, a la población penal en general:
“Muchos de los privados de libertad deben dormir en colchones en mal estado y que permanecen constantemente mojados, lo que ha provocado enfermedades respiratorias, infecciones cutáneas y dolores musculares.
Hay casos de tuberculosis, tenemos plena claridad de que el Seremi de Salud está en conocimiento de esta situación y por su parte Gendarmería ha reconocido al menos tres casos en el CCP Biobío. Sin embargo creemos que hay más casos y la situación está siendo minimizada para evitar un escándalo similar a la de la Cárcel de Huachalalume en Coquimbo, donde se dio un brote en Junio de 2025”.
Pese a que Gendarmería de Chile cuenta con un manual de derechos humanos de la función penitenciaria, creado como guía para cumplir con los estándares internacionales que garanticen un trato adecuado a los privados de libertad, mismo en el cual señalan que “El preso debe recibir una cama con los implementos básico para pernoctar con dignidad”. Los familiares de presos políticos señalan que la realidad dista mucho de los estándares, por ello han solicitado audiencias e interpuesto denuncias en el INDH, pero la rotativa constante de Alcaide subrogante hace imposible dar el seguimiento a dichas denuncias.
“El INDH de Concepción ha oficiado en reiteradas ocasiones a Gendarmería sin que hasta ahora tengamos certeza de si se han llevado a cabo o no investigaciones, sumarios por maltrato o mejoras de condiciones de habilidad, con esto nos referimos a la temperatura, humedad, ventilación, colchones y frazadas nuevas o en buen estado. A lo menos 6 veces han oficiado al CCP Biobío, en particular visitaron la celda de Guillermo Camus viendo los hongos, constatando en persona todo lo anterior.”
Segregación de presos políticos y castigos constantes
Además de los traslados constantes a celdas de castigo, la segregación permanente de la población de presos políticos mapuche, el hostigamiento a familiares en visitas y venusterios, la prohibición de ingreso de algunos alimentos y la limitaciones para la realización de ceremonias espirituales, mientras otros credos cuentan con plena autorización.
Esta práctica no solo constituye discriminación y racismo institucional en el CCP Biobío, sino que además contraviene lo estipulado en el Convenio 169 de la OIT, que en su artículo 5 obliga a los Estados a “reconocer y proteger los valores y prácticas sociales, culturales y espirituales de los pueblos indígenas”.
La negativa de Gendarmería a permitir ceremonias, instrumentos y el ejercicio libre de la espiritualidad mapuche, así como la vestimenta, vulnera directamente este compromiso internacional, reforzando un trato desigual frente a otras expresiones religiosas.
“Dos veces a la semana los evangélicos, sin límites de gente, ni de instrumentos tienen derechos a hacer culto y no necesitan permisos especiales, a los familiares de presos mapuche sólo se nos permiten ceremonia dos veces al año, con límite de alimentación, instrumentos y cantidad de personas”.
Asimismo, las Reglas Mandela de Naciones Unidas establecen que las restricciones religiosas dentro de los recintos penitenciarios deben ser excepcionales y nunca discriminatorias, mientras que la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH) ha señalado que impedir el ejercicio de prácticas espirituales propias de los pueblos originarios durante la privación de libertad equivale a un acto de desarraigo cultural forzado, considerado una forma de trato cruel e inhumano.
Mapudungun no es Coa
La red de apoyo de Guillermo nos señala que Gendarmería clasifica el mapudungun como “coa”(jerga delictual) en informes internos, práctica que constituye un claro ejemplo de discriminación cultural y racismo institucional al degradar una lengua originaria a la categoría de jerga delictual. Sobre esta situación ya existen antecedentes previos, recientemente el Abogado John Maulen solicitó una Audiencia de Cautela de Garantías a favor de su representado, el prisionero político mapuche Héctor Llaitul quien ya ha denunciado esta misma situación.
“Cuando Camus responde en mapudungun al conteo, se le exige que el debe responder en español no en mapudungun, al no querer hacerlo lo clasifican como coa, lo que genera problemas internos con población común”.
Derechos Vulnerados y condenas extendidas
El Abogado de Guillermo Camus, Galo Velozo al ser consultado respecto a los castigos constantes a prisioneros políticos, advierte que los informes disciplinarios negativos y los castigos arbitrarios aplicados contra prisioneros políticos como Guillermo Camus pueden obstaculizar el acceso a beneficios penitenciarios, prolongando su tiempo de reclusión y profundizando el desarraigo cultural y familiar.
Familiares subrayan que la atribución de decidir traslados y beneficios queda en manos de Gendarmería, lo que transforma la normativa en un instrumento de control político sobre los internos. Pese a que el Convenio 169 de la OIT establece la obligación del Estado de considerar la cultura indígena en la ejecución de las penas, en la práctica los traslados son manejados con criterios discrecionales y castigos que refuerzan el aislamiento.
La red de apoyo de Guillermo termina su comunicado llamando a la unidad frente a estas vulneraciones:
“Frente a todo lo expuesto denunciamos que el CCP Biobío es un centro de racismo institucional, hostigamiento y condiciones indignas, donde el Estado chileno vulnera sistemáticamente los derechos humanos y políticos del pueblo mapuche.
Hacemos un llamado a buscar caminos y vías hacia la unidad desde el exterior y el interior del CCP Biobío”.
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