Panguipulli: Declaración Encuentro por la Memoria y la Vida Defensores del Itrofillmogen

Feb 20, 2025 | Comunicados

El pasado sábado 15 de febrero de 2025, y por tercer año consecutivo, el territorio de la actual comuna de Panguipulli, se autoconvoca en un acto cultural por la vida y la memoria, recordando a quienes fueron arrebatadas sus existencias en defensa del territorio y del itrofilmongen. En el Parlamento de Koz Koz de 2023 se acordó realizar anualmente esta actividad pública marcando el hecho de que varios fueron asesinados en el mes de febrero. La actividad estuvo marcada por la demanda de encontrar con vida a la lamgnien Julia Chuñil Catricura y que la devuelvan para que esté junto a su pueblo.


Resultado de la última versión de esta actividad, se declara lo siguiente:

La lucha de los caídos no ha sido en vano, reafirmamos nuestro compromiso con la vida, la justicia y con la memoria ancestral.
El genocidio y persecusión no es parte del pasado, es un proceso que sigue en curso. La ley Nain-Retamal (ley 21.560) y la ley de usurpación (ley 21.633), ambas implementadas en 2023, refuerzan un sistema de represión que protege a quienes se han enriquecido a costa del despojo. Estas leyes criminalizan nuestra resistencia y buscan encarcelar a quienes defienden su derecho a la tierra. A esto se suma la modificación de la ley antiterrorista (actual ley 18.314), que refuerza la persecución contra quienes luchan por sus derechos y por el respeto al territorio. Es claro que estas leyes no son para castigar a los que históricamente nos han arrebatado todo, sino para seguir oprimiendo a quienes resistimos.
La base de este modelo capitalista no solo nos oprime como pueblo, sino que ha puesto en peligro la vida en el planeta entero provocando la crisis climática. La industrialización acelerada ha generado la desertificación de la tierra, la contaminación de las aguas y los incendios forestales, todos fenómenos que no son accidentes ni desastres naturales; son consecuencias directas del saqueo empresarial y de políticas de dictadura profundizadas en “democracia” como el DL701, que a través de modificaciones y otros instrumentos (subvenciones de CORFO y exenciones tributarias por Ley I+D), continúan subsidiando el modelo e industria forestal responsable de la destrucción de nuestros ecosistemas. Frente a esto, denunciamos la instrumentalización del Estado para ocultar su propia responsabilidad y criminalizar nuestras luchas.
La colonización no terminó con la independencia de los Estados. Lo que antes fueron virreyes ahora son gobiernos serviles al capital. La conquista nunca se detuvo; solo cambió de rostro y de discurso. Desde 1492, cuando Cristóbal Colón erróneamente llegó a Abya Yala, se ha implementado un sistema de explotación y acumulación capitalista que hoy se sigue perpetuando bajo nuevas formas de genocidio.


Mientras tanto, el actual gobierno ha creado la “Comisión Paz y Entendimiento”, cabe preguntarse: ¿qué llaman “paz y entretenimiento”?, pues lejos de reconocer el genocidio histórico y territorio ancestral mapuche -Wallmapu-, busca postergar soluciones mientras el poder económico y político sigue beneficiándose del despojo. Con sus lógicas aletargadas más parece “paz y entretenimiento” como esas mesas de trabajo qué solo dilatando los procesos y estancando las soluciones concretas como lo podrían ser la restitución de las tierras antiguas y usos históricos de la tierra.
Pero nuestra lucha no se detiene. No estamos aquí sólo para denunciar, sino para afirmar que hay otra manera de vivir. Nuestro pueblo y muchos otros han sido guardianes de la vida desde tiempos inmemoriales. No vemos la tierra como mercancía, sino como madre, como mapun de la que somos parte (tierra, aguas, atmósfera, espiritualidad). No vemos el agua como un bien de consumo, sino como la sangre que nos conecta con el territorio. No vemos a los otros seres como objetos, sino como hermanos y hermanas en esta red de la vida.
El futuro no está en manos de los poderosos, sino en las nuestras. No necesitamos esperar permisos, ni reformas, ni elecciones para cambiar el mundo. Necesitamos organizarnos, fortalecer nuestras autonomías, reconstruir nuestras lenguas y nuestras formas de vida. Necesitamos unidad entre mapuche y no mapuche, trabajadores, estudiantes, artistas, rebeldes, entre todos los que resisten y sueñan con un mundo justo.
Las grietas que abrimos en la historia del opresor ya no son solo fisuras; son ventanas por donde entra la luz y la ternura de un mundo nuevo. Cada territorio recuperado, cada comunidad organizada, cada imaginario colonial que cae, cada semilla sembrada en resistencia, cada idioma revitalizado, es un paso hacia el amanecer de un mundo emergente y necesario.


No nos conformamos con sobrevivir. Estamos aquí para vivir con dignidad. Porque nuestros kuifi, nuestros antiguos, nos guían, y porque el futuro de pu pichi ke che, de nuestras niñas y niños, nos reclama un mejor vivir.
Pu peñi pu lamien, el tiempo de la resistencia se transforma en el ciclo de la acción consciente y organizada. La tierra nos llama. La historia nos convoca. La lucha nos espera.
No más genocidio en Wallmapu. No más genocidio en Palestina. No más asesinatos de quienes defienden la vida. No más despojo y desplazamientos forzados. Por la vida, por la dignidad, por la humanidad.

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