La cosecha del trigo del verano 2024 que comienza, promete ser mejor que la de años anteriores. Y sin embargo, los agricultores no pueden sentir real felicidad porque el mercado no augura expectativas claras de precio justo y peor aún, no avizoran como podrán guardar esa cosecha en el supuesto que no hayan interesados en adquirirla.
Por Mariano Huichalaf Correa.
Un productor que guardó parte de la cosecha del 2023, imaginando que el precio mejoraría, cuenta que decidió vender las 100 toneladas que había guardado, esperando obtener al menos el precio que le habían pagado en febrero del 2023, o sea, 320 mil pesos la tonelada; con mucha dificultad logró encontrar una oferta de 250 pesos por kilo, el comprador le exigió, que pagaban ese precio siempre que el producto fuese seleccionado, eliminando granos partidos, ácaros y otras semillas extrañas. Esa limpieza la hacen habitualmente los mismos molinos, nuestro informante empujado por las circunstancias, realizó esa tarea pagando al seleccionador, 35 pesos por kilo, lo que en la práctica le significó recibir 105 pesos menos por kilo de trigo que había guardado; y perdió en total 10 millones quinientos mil pesos de esa venta de 100 toneladas. La cosecha el año 2022 fue vendida en precios que fluctuaron en 310 pesos por kilo en Febrero y 400 pesos a fines del mismo año. Eso significó que la harina y el pan consecuentemente, tuviera un alza tremenda de precio, así el pan cuesta entre 2000 y 3500 pesos el kilo, y aun cuando el contexto se ha modificado ostensiblemente, baja de precio de materia prima mediante, las cosas no han cambiado a favor de los que día a día compran ese pan que trae aparejado, el IVA y una calidad menos que regular. La situación producida en 2022, no fue producida por agricultores locales, aquí es donde nos encontramos con los efectos de la globalización y un mala planificación estatal. Toda esta situación anómala, podría ser enfrentada, como lo plantean los agricultores europeos, quienes, previendo el término de la guerra en Ucrania, están exigiendo que sí y solo sí, con el alcance de la cobertura del mercado interno, entonces solo entonces, en esa situación, cada estado permitirá entrar trigo ruso o ucraniano, que seguramente tendrá un precio inferior.
Los agricultores en Chile no están estimulados en estos momentos para sembrar trigo, siguen siendo víctimas del mercado globalizado tan nefasto para ellos como para los chilenos en general. Hay quienes dicen que hay que aceptar los efectos de la globalización, así las miserias del campesino se dejan de lado, porque la codicia de una elite especial de molineros y panderos, que crean un estado de cosas que solo ellos saben arreglar, me refiero a los grandes industriales de esos oficios…Si se sigue como están las cosas y nada se hace, es probable que ni siquiera el gobierno pueda sentir, que a quienes laboran la tierra y se niegan a dejarla baldía, se les siga dejando caer el monstruo del mercado, cruel y deslamado. Quienes lloran por el alto precio del pan, y los campesinos que cultivan la tierra, también tienen sentimientos. En estos días que se habla del lobby, estaría bueno que alguien pusiera en el debate, la preocupación que nadie tiene, por aquellos que ponen como en un rito sagrado, siguen sembrando trigo.
Sembrar trigo significa, invertir alrededor un millón cuatrocientos mil pesos por hectárea, para que haya un incentivo real. El precio del trigo debe ser a lo menos de 400 pesos el kilo, ese era el precio que se estableció como base el año 2022, y así se elevó el precio del pan, y en ese mismo precio, los molineros están comprando el trigo en el exterior…
La revista Campo del Diario El Mercurio, en estos días previos a la nueva cosecha; publica precios que no sobrepasan los 358 dólares la tonelada, anunciando que el precio esta botado en el mercado globalizado, en esa información se nos dice que el precio más barato es la de un vendedor argentino, refiere a 296 dólares puesto en Santiago. De esa muestra de precios que plantea la Revista Campo, se puede deducir, que están aprovechando los molineros, de las virtudes de la globalización; se supone que comprando una tonelada de trigo en precios que fluctúan entre los 270 mil pesos y los 324 mil pesos por tonelada, y calculando que esos trigos son maravillosos, están seleccionado y producen más del 75 por ciento de harina, la bolsa de esta no debiese costar más de 14 mil pesos; en cada tonelada de trigo le queda además un excedente de 200 kilos de afrecho, afrechillo y harinilla que vendidos al por mayor para alimentación animal, le darán si quiera 20 pesos por kilo, o sea un agregado adicional de a lo menos 40 mil pesos. Ese precio denunciaban los molineros, les cobraba el mercado global en el año 2022, permitió que otro selecto grupo de importadores de insumos, hiciera lo propio, elevando el precio de estos a un 300 por ciento, y hoy en día morigerando levemente ese robo, han llegado a bajar la puntería a voluntad… Acá la Fiscalía Economía y organismos respectivos, parecen no tener espacio para hacer denuncias, ya sea porque no tienen funcionarios fiscalizadores o simplemente porque en estos episodios hay terreno de nadie.
Nuestro deseo es recibir pago justo por el trigo nuestro y además un precio justo por insumos…, una especie de “farmacia municipal” con dependencia de INDAP por ejemplo sería buena solución, entregamos esta nota a congresistas…el gobierno tiene la palabra…
Fotografía portada Pascale Mouchabek.
0 comentarios