Poco se diferencian estos feminismos con los bacheletistas. Aquellas celebraron el primer mandato de Bachelet emocionadas porque “era mujer”, y no les importó nada que también fuera la continuidad de la prisión política a gente mapuche en resistencia a las trasnacionales y la oligarquía. Soslayaron el asesinato de Matías Catrileo (2008) bajo su mandato, y más tarde, cuando se hizo internacional el reclamo feminista autónomo por la indiferencia gobiernista ante la huelga de hambre de la comunera y presa política mapuche, Patricia Troncoso, guardaron sus challas para “lamentarse” con alguna tímida declaración. Hay que reconocer -eso sí- que nunca organizaban “encuentros plurinacionales y antirracistas” en esas condiciones políticas de sus gobiernos.
Por Victoria Aldunate Morales / Lesbiana Feminista Antirracista
Este gobierno es eficiente en la utilización de ideas vaciadas de su radicalidad. Un ejemplo no menor es que utilizó en sus campañas la legítima queja contra las Agencias de Fondos de Pensiones, y cuando llegó al poder las salvó ratificando a un superintendente adepto a las AFP, negando el 5° retiro a afiliades y dando tiempo a los capitalistas para que, ellos sí, retiraran sus utilidades.
El origen de este gobierno en el 15 de noviembre de 2019 no fue un desliz impulsivo del ahora presidente, él no les “mintió” a sus feministas. Solo les llenó de halagos e ilusiones de poder… ¿A quién no le ha pasado?
Ya en marzo 2022, un novísimo presidente Boric habló del “clamor feminista por la igualdad”. Y aunque el Frente Amplio (de seguro) conoce más de feminismo –académicamente hablando-, prefirió impulsar el de la igualdad (muy en la idea del contrato social patriarcal y capitalista). Al feminismo radical, autónomo, autoconvocado, anarquista, le opuso un feminismo inofensivo; lozanía y desnudez muy a la europea… Y vino un festival de alabanzas a las mujeres. Exactamente igual a las publicidades de multinacionales para vender desodorante o toallas higiénicas.
Y es que el feminismo también puede hacerse así: instantáneo y domesticado. Y aunque “eso” no es el feminismo, sí es el que regalonea con los que no están dispuestos a soltar el control patriarcal. En toda esta conservación del status quo, a ese feminismo, un cierto cinismo de la postmodernidad, le es de gran apoyo.
Por ejemplo, donde la modernidad nos proponía (nos propone) lo público versus lo privado para que el marido ostente “catedral y capillitas”, lo postmo nos mandata relaciones abiertas y “correctas” y con esto -supuestamente- suprime el patriarcado. Algo así como si no lo nombras, no existe, y si lo nombras con palabras nuevas, académicas, la cosa mejora.
Otro ejemplo es “política de los cuidados” que ha encubierto –a menudo- la división sexual del trabajo, que simula alivianar la esclavitud de las mujeres, “desconstruyendo” –que no destruyendo- el Modo de Producción Doméstico. (Huele igual, pero está bajo otros símbolos).
Y es que, los símbolos y protagonizar lo mediático para esta savia nueva, es relevante. Puede haber elogios y/o desdén público a la novia del presidente al tiempo que el consorte gobernante no se inmuta, canta con Bachelet y coquetea con Lagos y sus secuaces. La verdad, el otrora protagonismo estudiantil del presidente actual es igual al dedo acusador de Lagos: Nada. Solo un gesto que se hizo mediático, pero nunca llegó a destruir lo que nos oprime.
Plurinacional ¿“acotado”?
Este marzo recién pasado el presidente también dijo que su gobierno estaba “firme para que la voz del Sur se vuelva a escuchar”. Y ahora no cabe duda que era la voz del patrón del Sur. Ese que seduce a su apatronado pueblo chileno con asado, rodeos y cueca, y batalla por “seguridad”. Es un patrón muy cristiano que ha moldeado al pueblo a su imagen y semejanza, al punto que éste puede llegar a sentirse “culpable” de la inflación, y convencido de que la inversión extranjera mejorará su condición. “El pueblo” (como “el feminismo”) dan, para mucho. Pueden colocar la más popular y colorida bandera mapuche en sus redes sociales y a la vez ser gobiernistas en medio del estado de excepción, renovado una y otra vez, en el Wallmapu… Y ojo que hablamos de un estado de excepción que mapea policial y militarmente resistencias autónomas, pero diserta un “Plan para el Buen Vivir”. Y que por más que subraye lo ancestral, ya cuatro comunidades en resistencia[1] califican su plan como “nuevas políticas coloniales” que integran vínculos manipuladores como “dinero y compra de tierras”, «parlamentos» con algunos sectores mapuche, pero “fiscales exclusivos para perseguir” a otros. Todo con prisioneros políticos mapuche que denuncian allanamientos y apremios ilegítimos en las cárceles chilenas.
Poco se diferencian estos feminismos con los bacheletistas. Aquellas celebraron el primer mandato de Bachelet emocionadas porque “era mujer”, y no les importó nada que también fuera la continuidad de la prisión política a gente mapuche en resistencia a las trasnacionales y la oligarquía. Soslayaron el asesinato de Matías Catrileo (2008) bajo su mandato, y más tarde, cuando se hizo internacional el reclamo feminista autónomo por la indiferencia gobiernista ante la huelga de hambre de la comunera y presa política mapuche, Patricia Troncoso, guardaron sus challas para “lamentarse” con alguna tímida declaración. Hay que reconocer -eso sí- que nunca organizaban “encuentros plurinacionales y antirracistas” en esas condiciones políticas de sus gobiernos.
Sí hablaban mucho de “matrimonio igualitario” y “las otras familias”, tal como ahora, esquivando la miseria del sistema capitalista que oprime a las mujeres en el matrimonio, en la familia y en todas las instituciones heterosexualizadas.
Los feminismos bacheletistas y los actuales frenteamplistas, antes se juzgaban mutuamente, pero ya van unidas pregonando sororidad inter-clase, alabando bondades maternas, pero eludiendo el encarcelamiento de la niñez guacha, y obviando que su actual gobierno amenaza a adolescentes insurrectos con SENAME.
¡Realmente! ¿Cómo hacen esos feminismos para eludir que hay “medidas precautorias”, “arrestos domiciliarios”, prisión por autodefensa a disidentes sexuales, y que en ese mismo escenario su gobierno elogia a las policías?… Las mismas policías que en Revuelta Popular dejaron a más de 2.300 personas lesionadas, más de 1.400 heridas por arma de fuego, a 360 manifestantes con trauma ocular severo, que tuvieron más de 1.100 denuncias por tortura, tratos crueles, inhumanos o degradantes, entre ellos 70 delitos de carácter sexual (de los que se sabe), que fueron cometidos por funcionarios públicos (carabineros y policías)… Fue en medio de todos esos abusos, que el diputado Boric firmó el “Acuerdo de Paz”, disque para detenerlos, pero en realidad lo que detuvo fue el rabioso “estallido”. Luego, el candidato Boric tuvo “conversaciones privadas” con familiares de jóvenes perseguidas, prometiendo una liberación que sus delegadas presidenciales, hoy, niegan[2].
”Nunca más sin nosotras” es un reclamo injustificado. Nunca ha sido “sin ellas”. Es decir, pudo ser sin las que no habían nacido, pero siempre fue con feminismos que hacen la vista gorda con la prisión política mapuche y la persecución a las insurrecciones anticapitalistas. La diferencia tal vez sea que las de antes eran continuamente saboteadas por sus compañeros de coaliciones gobernantes, quienes –recuerdo- burlaban su pensamiento y acciones públicamente. Las de ahora, con sus capacidades comunicacionales, son puestas en lugares tácticos para sostener los vaivenes de su gobierno. La táctica patriarcal cambió, ahora es un romántico amoroso engulléndose al feminismo, pero nunca les mintió.
[1] Declaración pública conjunta, 22 de julio de 2022, firmada por Resistencia Mapuche Malleco (RMM), Movimiento de Liberación Nacional Mapuche (LNM), Resistencia Mapuche Lavkenche (RML).
[2] Boletín Informativo sobre prisión política de la Coordinadora 18 de octubre, N° 30, junio 2022 y Resumen.cl (“Pese a compromiso de Boric durante campaña: Delegación Presidencial del Biobío se negó a bajar querella contra manifestantes del Caso UdeC”, Concepción 30 de junio 2022)
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