Entrega de restos y funerales póstumos de Patricio Calfuquir Henríquez, segundo jefe del Destacamento Guerrillero Toki Lautaro de Neltume (1981)

Mar 9, 2022 | Artículos / Reportajes / Entrevistas

Este viernes 4 de marzo fueron entregados los restos de Patricio Calfuquir Henríquez, Segundo Jefe del Destacamento Guerrillero Toki Lautaro de Neltume, ejecutado en el sector de Remeco Alto en septiembre de 1981 junto a Prospero Guzmán Soto y Eugenio Monsalve Sandoval. Durante el mediodía se realizó un homenaje y funeral en el Memorial del Ejecutadx Politicx en el Cementerio General de Santiago, que contó con la participación de la familia Calfuquir Henríquez, sobrevivientes del destacamento, ex militantes del MIR y organizaciones sociales, políticas, culturales, juveniles y personas comprometidas con la memoria.

Por Anita Durán Hidalgo.


Como parte del Plan Retorno impulsado por el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y dirigido a su militancia en el exilio, se constituyó en la cordillera de Panguipulli (Neltume) un proyecto guerrillero que buscaba primeramente instalarse en la zona y construir una fuerza irregular, que a largo plazo enfrentara a la dictadura cívico militar comandada por Pinochet y diera continuidad al proyecto de revolución proletaria del MIR, estableciéndose a comienzos del año 1981 una fuerza irregular de 15 personas.

Uno de ellos era Patricio Calfuquir Henríquez, segundo jefe guerrillero. Fue uno de los primeros en insertarse en la cordillera de Neltume, el encargado de reunir a la fuerza guerrillera en la montaña, trabajar junto al Jefe Guerrillero Paine, junto al encargo del partido Oscar, de logística Hugo y de inteligencia del terreno Pablo, con el objetivo de dar forma al destacamento. Patricio vivió la prisión política luego del Golpe de Estado, siendo exiliado a Francia y retornando a la guerrilla de Neltume.

Durante junio de 1981, es asaltado el campamento de invierno del destacamento por fuerzas del Ejército de Chile, generándose un copamiento militar en la zona conocido como Operación Machete y Operación Pilmaiken, dirigida a la aniquilación de la guerrilla. Estas operaciones estuvieron a cargo del Capitán de la Compañía de Comandos N° 8 del Regimiento Llancahue de Valdivia, Rosauro Martinez Labbé, quien fue Diputado de Renovación Nacional (RN) por Chillán por cinco períodos consecutivos, siendo desaforado en 2014 e imputado junto a Conrado García Gaier en ese entonces Jefe de la Unidad Antiterrorista de la CNI, Enrique Sandoval Arancibia y Luis Jerez Prusing por el homicidio calificado de los guerrilleros de Neltume en lo que se conoce como el Caso Neltume 81.

Tras el asalto al campamento guerrillero, la fuerza queda dividida en dos patrullas, una a cargo del Jefe guerrillero Paine y otra a cargo de Patricio Calfuquir Henríquez o Pedro, su nombre político, quien junto a su patrulla logó sobrevivir al asedio militar hasta reagruparse con el resto del destacamento, destinándose luego dos patrullas en tareas de búsqueda de contacto con el MIR en Santiago. Durante 45 días el ejército no pudo seguir la pista de los guerrilleros, y no fue hasta el 21 de agosto que tras la delación de una familia campesina de Malalhue, es detenida una de las patrullas que había bajado compuesta por Julio Riffo Figueroa y Rene Bravo Aguilera, quienes fueron trasladados a Santiago, torturados y luego devueltos a la zona de Neltume para que entregaran a sus compañeros que se mantenían en las montañas. Posterior a esto cae ejecutado en un punto de contacto Rodrigo Obregón Torres, encargado de Inteligencia del Terreno del destacamento. Julio y René son brutalmente ejecutados según testimonio de un conscripto de la época (Fuente: Neltume, los cinco conscriptos que acusan al Diputado Rosauro Martínez / www.ciperchile.cl/2014/03/21/neltume-los-cinco-conscriptos-que-acusan-al-diputado-rosauro-martinez-rn/ )

Jorge Duran Delgado, sobreviviente del destacamento guerrillero y último en romper el cerco militar junto a Allan Rodríguez Pacheco, ejecutado en un montaje el año 1985 en Maipú nos relata que “Pedro no cubrió el contacto con la gente de Santiago y volvió al último campamento guerrillero y por instrucciones tomadas ese mismo día por la mañana él sabía que debía transformarse en patrulla independiente junto a Camilo y Víctor, desarmaron el campamento y dejaron a Jorge (quien había sufrido de gangrena en los pies producto del frío) en su lugar de combate con la esperanza de sacarlo hasta la casa de algún campesino de la zona, emprendieron la marcha, sin redes, sin apoyo e intentar salir de la zona y en ese empeño llegarían hasta la casa de Flora Jaramillo después de una durísima marcha en que Pedro se desplazaba con una fiebre galopante a tal punto que fue dejado en un camastro al interior de la casa. El miedo pudo más que los campesinos y fueron denunciados al ejército, todos cayeron en combate”.

De igual forma, Beatriz Bataszew perteneciente al destacamento y a las redes reflexiona respecto a la memoria y los ideales “Nosotras/os queríamos construir el socialismo, en esos tiempos le llamábamos socialismo. No queríamos, como algunos que hoy día se dicen revolucionarios… modificar el sistema capitalista, lo queríamos cambiar de cuajo… me parece muy importante si queremos hacer memoria… que reflexionemos sobre nuestros procesos, sobre lo que hicimos, que reflexionemos sin renegar pero analizando que los contextos han cambiado, que tenemos experiencias, podemos analizar esas convicciones que tuvimos en el siglo pasado, los podemos reformular pero con un solo objetivo… esto es hacer memoria para el Pedro y para los compañeros que cayeron, queremos una sociedad no capitalista, sin clases, sin estado, sin opresiones y sin patriarcado”.

Desde el ámbito judicial, el Caso Neltume 81 lleva largos años en investigación. Una de las diligencias importantes es la exhumación de los restos de los ejecutados para la realización de peritajes que permitan establecer la forma en que fueron asesinados. Magdalena Garces Fuentes, abogada querellante en el Caso Neltume 81 plantea que “hay que señalar que los familiares han sido re-victimizados nuevamente por cuanto a habido una demora injustificada en la entrega de restos, y creo que es injustificada en el sentido de que el Estado no ha adoptado todas las medidas que debía adoptar para hacer esto de la forma que afectara menos a las familias y que han habido largas demoras por la falta de recursos del Servicio Médico Legal y eso no es responsabilidad de las familias”, respecto al proceso judicial en sí, la abogada Magdalena nos explica y reflexiona “es un caso que todavía sigue en investigación. Nos hemos tenido que enfrentar a los retrasos del Servicio Médico Legal, también nos tocó el estallido y la pandemia lo cual ha limitado mucho la posibilidad de investigación… tenemos esperanza que se va a seguir investigando, pero también estamos siempre actuando en contra del tiempo, nos enfrentamos a lo que se ha denominado Impunidad Biológica en el sentido de que muchos de los autores, de los ejecutores y perpetradores de los hechos empiezan a fallecer, y creo que lo difícil en este caso es que aquí quienes fueron testigos son normalmente muchos soldados conscriptos, muchos de ellos también sufrieron situaciones traumáticas al interior de la tropa y vivieron cosas horribles, pero todavía tienen miedo. Por lo tanto, por una parte están los pactos de silencio de quienes son cómplices de estos crímenes, o quienes fueron ejecutores, pero también hay mucho miedo hasta la fecha de personas que no se atreven a hablar, eso también es una dificultad y refleja el Chile de hoy, porque hoy, a treinta años del término de la dictadura la gente sigue teniendo miedo, y eso es más fuerte aun en relación, por ejemplo, a pueblos como Neltume. Yo creo que eso tiene que ver con la impunidad, con los pactos de silencio y con el abandono en que han estados determinadas poblaciones y sectores de la sociedad”.

Maria Elena Calfuquir Henríquez, hermana de Patricio y ex militante del MIR plantea en síntesis de la actividad “Como familia estamos eternamente agradecidos de todos los que nos han acompañado, de todos los profesionales que han hecho posible su identificación, el hecho también de que estén con nosotros compañeros que fueron en su momento miembros del destacamento guerrillero Neltume, como Jorge Duran que nos representa a todos, y algunos compañeros de ese tiempo que nos acompañaron y que estuvieron también en las redes, bueno, estuvimos con artos compañeros del MIR de ese tiempo lo cual fue muy emocionante reencontrarnos y aquí dejamos por tanto, por última vez, los restos de mi hermano junto a otros compañeros”.

Los restos de Patricio Calfuquir Henríquez descansan en el Memorial del Ejecutadx Politicx del Cementerio General, ubicado en Recoleta, Santiago de Chile.

Alocución de Jorge Duran Delgado, quien fue el último sobreviviente que tuvo contacto con Patricio Calfuquir Henríquez.

Hablar del segundo jefe al mando de la guerrilla, es hablar de compromiso, tenacidad y fe inquebrantable en el proyecto de revolución proletaria del MIR, y se reafirma cuando es convocado en la escuela guerrillera de la Habana, Cuba, para asumir las primeras avanzadas hacia la zona de Neltume.

A Patricio Calfuquir Henríquez lo conocí en la Guerrilla de Neltume con el nombre político de Pedro, y así me referiré a el de aquí en adelante. Pedro fue parte integrante de los primeros grupos de exploradores que intentaron ingresar clandestinamente a Chile desde Argentina. El grupo en el cual venía se extravió en la montaña, perdieron la orientación en medio de la nieve, la mayoría regresó a Argentina, sin embargo, Pedro no se dio por vencido y persistió en su intento hasta que logró cruzar hacia Chile por el paso no habilitado de Carririñe, llegando hasta Temuco, perdiendo todo contacto con el partido. Sobrevivió en el sur junto a sus redes hasta retomar contacto, y junto a otros compañeros y compañeras se transformaron en los primeros enmontañados que definitivamente darían el inicio de la guerrilla permanente.

Lo primero que conocí de Pedro fue su silueta aquella noche de agosto de 1980, cuando siete nuevos miembros ingresábamos al monte. Digo su silueta porque lo veía moviéndose bajo la penumbra de la noche, conectando a los grupos recién llegados, dando instrucciones, estableciendo las comunicaciones, los contactos semanales o quincenales con los compañeros del llano. Al venir la mañana recién pudimos ver nuestros rostros y fue una agradable sorpresa reconocer a compañeros y amigos de infancia de Neltume. A Pedro no lo conocía, él era una persona de mediana estatura, muy delgado, de una tupida barba en la barbilla y de melena rockera.

Participaba de las bromas y tallas que se generaban en el grupo, pero en política hablaba solo lo justo. Fue quien nos orientó geográfica y tácticamente desde el campamento el embrujo y sus alrededores, condujo las primeras acciones tendientes a reconocer el terreno y a dirigir la exploración al cambio de zona desde triángulo al rectángulo para cuando ingresara Paine a la montaña. En ese momento éramos 11 guerrilleros con Pedro a la cabeza, mediante el trabajo colectivo le dimos forma a la incipiente fuerza irregular, dotándola del reglamento de infantería, la logística, el uniforme reglamentario que usaríamos en adelante.

La llegada al campamento del 25 en la zona de Cachin, da inicio al proyecto Guerrillero Toki Lautaro. Pedro es ratificado como el subjefe de la guerrilla y asume en plenitud en la conducción del grupo de los exploradores, a la vez organizaba el partido en la montaña junto a Oscar, la inteligencia del terreno con Pablo y en conjunto con Paine planificábamos la logística, la cual yo dirigía, específicamente planificábamos las recepciones de alimentos con las redes del llano.

Pedro, por ser del mando, generalmente iba al centro de la columna, en cada recepción le puso el hombro cargando mercaderías por el monte, y cuando le faltaban fuerzas, apelaba a ese plus que te da la consciencia revolucionaria que caracterizó a los guerrilleros y guerrilleras de Neltume.

Dirigió una de las exploraciones importantes a un punto de observación a 1750 metros de altura, para dotar a los guerrilleros de una mayor ubicación geográfica de la zona, esto ocurría cuando ya estábamos abastecidos de alimentos y nos aprontábamos a pasar el invierno. Estuvo al mando de la fuerza en campamento, mientras Paine en misión independiente y compartimentada, decepcionaba y trasladaba el armamento. Al momento de la detección por el ejército se replegó hasta el punto de reunión número dos, hasta allí llegamos ocho compañeros, impactados e impresionados por lo ocurrido. Sin embargo, a Pedro lo vi entero, tenía la capacidad de pensar a pesar de que la sorpresa del asalto al campamento estaba viva entre nosotros. Bajo su mando, en una maniobra audaz nos desplazamos por el costado del campamento copado por el enemigo hasta llegar al Tatu, para rescatar comida y equipos, mientras Pedro declaraba que el armamento del destacamento estaba en otro lugar ¡Sorpresa para todos! Sin duda esta nueva información se transformaba para nosotros en la próxima maniobra a desarrollar, no obstante, al desplazarnos hacia el lugar del armamento, en un cruce de caminos caímos en una emboscada, con mucha entereza, entre ráfagas y balazos nos reagrupamos dentro del rio Chan-Chan con el agua hasta la cintura, quedando desconectados dos compañeros. Desde ese momento Pedro dejaba atrás el mando formal para convertirse en mando real, legitimado ante sus compañeros ahora en situación de combate.

Durante cuarenta y cinco días Pedro estuvo dirigiendo la patrulla compuesta por Oscar, Rigo, Camilo, León y yo, Hugo, bajo la lluvia, nieve y una implacable persecución militar. Pedro siempre estaba abierto a las opiniones a la hora de tomar decisiones, supo aplicar la audacia, la conservación de la patrulla y la compartimentación, lo que nos permitió buscar en cada tatú hasta encontrar a la patrulla comandada por Paine, que se refugiaba el tatú del campamento el 25.

Cuando nos acercamos con Pedro y Camilo hasta el tatu y llamamos a los compañeros, silencio, lentamente salió José apuntándonos con su fúsil, miró alrededor para asegurarse sí éramos nosotros junto a Pedro, luego comunica a los demás compañeros que éramos nosotros y de esta forma se produce el reencuentro.

Se reconstituyó la fuerza del destacamento, y gran desempeño tendría Pedro al organizar la evaluación político-militar del partido en la montala acerca de los hechos ocurridos; la emergencia, los heridos y de los próximos pasos a seguir. Junto a Paine organizaron los planes y las patrullas de conexión con la dirección del MIR en Santiago. Comenzaba lentamente el desenlace y la frustración de la instalación de la guerrilla en las montañas de Neltume. Llevábamos largos meses de permanente persecución enemiga, nuestros cuerpos se encontraban anémicos, consumíamos austeras raciones de comida producto de la racionalización de los alimentos, aunque las convicciones se mantenían inalterables de permanecer en las montañas; todavía vislumbrábamos un posible apoyo de la dirección, aquello era una pequeña luz de esperanza.

Pero lo que no sabíamos era que la patrulla de Oscar y Rigo habían caído en manos del enemigo en Malalhue, seguimos cubriendo los contactos normales con los compañeros y no aparecían. El 13 de septiembre, luego de dejar a Víctor y Jorge en el último campamento guerrillero, nos acercamos hasta al lugar del contacto y allí, antes que cayera Pablo en una emboscada, nos despedimos de Pedro y Camilo sin pensar que sería la última vez que nos veríamos., a los cinco minutos estalla la montaña, el tableteo de fusilería tanto de Pablo como del enemigo me hace pensar que Pedro estaba a escasos minutos de llegar al contacto en la calle con la patrulla que había llegado a Santiago.

Lo demás sería el cierre del cerco en la zona por parte del enemigo. Pedro no cubrió el contacto con la gente de Santiago y volvió al último campamento guerrillero, y por instrucciones tomadas esa misma mañana, él sabía que debía transformarse en patrulla independiente junto a Camilo, Víctor y Jorge. Desarmaron el campamento y dejaron a Jorge en su lugar de combate con la esperanza de sacarlo hasta la casa de algún campesino de la zona, emprendieron la marcha, sin redes, sin apoyo e intentar salir de la zona y en ese empeño llegarían hasta la casa de Flora Jaramillo después de una durísima marcha en que Pedro se desplazaba con una fiebre galopante a tal punto que fue dejado en un camastro al interior de la casa. El miedo pudo más que los campesinos y fueron denunciados al ejército, todos cayeron en combate. Venimos hasta acá, para resignificar la lucha de un puñado de compañeros y compañeras, y dentro de ellas y ellos a Patricio Calfuquir Henríquez, haciéndolo extensivo a todos y todas quienes lucharon en diversos escenarios y territorios y que tuvieron vergüenza de la cruel y sádica dictadura cívico militar que oprimía y pisoteaba a nuestro pueblo bajo otro contexto histórico, por cierto. Un emocionado saludo a los todas y todos los caídos en dictadura.

Esta historia es un trozo de memoria, es pasado, es presente y es perspectiva, es inherente a la lucha de nuestro pueblo, me refiero al pueblo pobre, al que vive de un humilde salario, el desempleado o desempleada, al migrante, al que puja en el campamento por una vida más digna, a este pueblo que tantas veces ha sido ignorado, amordazado, alienado política y electoralmente por la clase dominante y la elite política de turno de todas las estirpes, amarillos por chile, renovados, reformistas, los de “en la medida de los posible” y los que quieren una constitución para todos, incluidos los grupos económicos.”

Por Anita Durán Hidalgo.

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