Recientemente Héctor LLaitul vocero de la Coordinadora Arauco Malleco ha entregado declaraciones respecto del pensamiento y accionar político de la CAM. De qué manera llegan a abrazar la lucha armada como mecanismo de autodefensa frente al extractivismo y la violencia policial. Legitimado por el genocidio y despojo histórico por parte del Estado de chile hacia el pueblo mapuche. Declara:
«Ciertamente nosotros como organización autonomista, que luchamos bajo una propuesta muy clara de la cual hemos dado cuenta en todos nuestros planteamientos, en nuestras declaraciones, en nuestros comunicados, asumimos el componente de la violencia política como absolutamente legítima toda vez que somos o nos sentimos un pueblo oprimido. En materias de territorialidad, en materia de autonomía, de soberanía. Por lo tanto, la violencia no la instalamos nosotros, está instalada desde el momento mismo que hay una ocupación a sangre y fuego, una ocupación político militar de parte de dos Estados en contra de nuestro pueblo.
Nosotros reivindicamos todo el contenido que nos han legado en sus aspectos valóricos, ideológicos, culturales para reconstruir. Y ahí está muy fuertemente esto de la plataforma que hablamos, del control territorial, para la recuperación de las comunidades, la reconstrucción de las Futalmapu y finalmente la reconstrucción del Wallmapu. Entonces cuando nosotros hacemos referencia a esta línea de resistencia, hablamos de sabotaje por la necesidad concreta, histórica y en el terreno, de hacer frente a las políticas destructivas y de acorralamiento de las comunidades que son llevadas adelante por el sistema de propiedad usurpado, principalmente de la industria forestal, entonces hacemos una reivindicación y una legitimización de las acciones de resistencia en ese plano, con el sabotaje.
Nosotros sustentamos por ejemplo el ámbito miliciano o militar de acción acotado a un plano netamente de reconstrucción de nuestro Pueblo, es decir bajo una propuesta eminentemente política, y esto se hace circunscrito a un radio de reivindicación territorial, de reivindicación ideológica y cultural de nuestro pueblo, y no tiene que transitar en otro ámbito que se supone que podría entenderse como la supremacía de lo militar por sobre lo político.»
Héctor Llaitul, vocero CAM, noviembre de 2021.
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