Se estrenará documental sobre las amenazas de la explotación de Litio en el Salar de Maricunga de Copiapó

Ago 30, 2021 | Actividades

Por OLCA, OCMAL y RESUMEN 

El documental «Maricunga: ecosistema amenazado por la minería del litio» es una pieza audiovisual que retrata los impactos socioambientales negativos de la minería del oro y el litio en Copiapó. 

El documental tiene su centro en las voces de la comunidad en torno a diferentes mega-proyectos mineros en el ecosistema del Salar de Maricunga. Ubicado además en el Parque Nacional Nevado 3 Cruces, área prioritaria de conservación.

El fruto de seis meses de trabajo es el documental que aborda la importancia del Salar de Maricunga, su alta biodiversidad y presencia de agua en una zona caracterizada por la escasez hídrica. 

La cuenca de Maricunga es una compleja red de humedales altoandinos, ríos y lagunas que se encuentran en la zona cordillerana de la comuna de Copiapó, región de Atacama.

Salar de Maricunga

Este complejo y rico ecosistema que cuenta con corredores biológicos, un Parque Nacional y un sitio Ramsar se caracteriza por las diferentes especies de aves migratorias y su fauna extremófila, adaptada a condiciones climáticas extremas.

Sin embargo, está en grave peligro ante la minería del Litio que pretende extraer el agua de la zona para la explotación del elemento indispensable para las nuevas tecnologías y la electromovilidad.

El documental cuenta con las voces de comunidades de pueblos originarios Colla, ambientalistas, defensoras y defensores del medio ambiente que entregan su testimonio para frenar las obras que podrían en tan solo dos décadas destruir la cuenca del Salar de Maricunga, aumentando aún más la escasez hídrica en la zona.

La producción audiovisual es un trabajo en conjunto del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), el Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL) y Periódico Resumen (RESUMEN), y forma parte de la campaña titulada «Voces en defensa de Maricunga».

El trabajo se estrenará durante los meses de septiembre y octubre de forma gratuita en redes sociales a través de diversos lanzamientos online.


Defensa del territorio: Comunidades resisten a la explotación del litio en Maricunga

El Salar de Maricunga se encuentra amenazado ante el avance de la mercantilización del litio en el norte de Chile. Sin embargo, al igual como ha sucedido con proyectos levantados por el empresariado en diferentes territorios, la resistencia se ha materializado progresivamente. La centralidad, pareciera estar, en la unidad de las y los actores para enfrentar la avaricia neoliberal bajo el modelo extractivista.

Por OLCA*, OCMAL** y RESUMEN

La mercantilización de los bienes comunes ha conllevado, intrínsecamente, el auge de conflictos socioambientales a diversa escala, siendo uno de estos el relacionado a la industria de la minería bajo el modelo neoliberal vigente.

Así, el norte de Chile se ha establecido como un punto de conflicto cruzado por fenómenos como el estrés hídrico, la vulneración de los derechos de la naturaleza, la disminución de vegetación, la alteración de la fauna y el trastocamiento generalizado de los ecosistemas, incluyendo las comunidades que se desenvuelven en el territorio.

En este contexto, a 170 km al noroeste de Copiapó, en la región de Atacama, una resistencia se ha comenzado a gestar ante el avance de la minería del litio en el salar de Maricunga. 

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Extracción y exploración: tres proyectos latentes

Actualmente son tres los proyectos que buscan involucrarse sobre el litio en el salar de Maricunga, los cuales no consideran, entre otras cosas, lo que la académica del Departamento de Biotecnología de la Universidad de Antofagasta, Cristina Dorador Ortiz, ha señalado como “re-pensar sujetos de conservación”.

Proyecto Blanco y Sales Maricunga son aquellos referentes a la explotación de litio que cuentan con su Resolución de Calificación Ambiental (RCA) aprobada. 

El primero, de carácter interregional y con una vida útil de hasta 24 años, se encuentra liderado por la Minera Salar Blanco S.A. con capital chileno, australiano y estadounidense, contemplando una inversión de más de US$500 millones y una superficie de 4.700 hectáreas, produciendo hasta 78.000 toneladas de metales al año.

Por su parte, Sales Maricunga se encuentra liderado por la empresa SIMCO SpA con capital chileno y taiwanés, teniendo un carácter birregional con una vida útil de hasta 24 años y un monto de inversión de US$350 millones, contemplando una superficie de más de 2 mil hectáreas, donde prevé producir, anualmente, un total de 50 mil toneladas de metales.

Paralelamente, existe un proyecto liderado por la Corporación Nacional del Cobre de Chile (CODELCO) titulado Exploración Salar de Maricunga y teniendo como objetivo “la captura de información hidrogeológica del salar de Maricunga y la evaluación preliminar de los recursos in situ de litio presentes en la salmuera” con una inversión de US$15 millones, la utilización de poco más de 7 hectáreas y una vida útil de 10 meses.

Fotografía: chululo.cl 

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Sujetos/as en resistencia: entramado y coordinación

Distintos actores y comunidades se encuentran en la defensa del salar de Maricunga, el cual ya ha sido explotado anteriormente por la minería del boro y el oro, este último con proyectos recientes y latentes como lo es el liderado por Atacama Pacific Gold, llamado “Fenix Gold”.

Uno de los casos más bullados sobre la explotación del oro en el territorio tiene relación con Minera Maricunga, la cual es propiedad de la empresa de capitales canadienses Kinross, producción que inició, según señalan en su propia web, el 1 de octubre de 1996, entrando en una etapa de «Paralización Temporal Parcial” en 2016 luego que la Superintendencia de Medio Ambiente sancionara el proyecto minero Refugio por incumplimientos ambientales, quedando no solo paralizada, sino también recibiendo una sanción de poco más de US$4 millones.

Mapa de referencia: ubicación de los trabajos de Kinross (punto rojo) y el salar de Maricunga (punto blanco) | Fotografía: Google Maps

Esto se suma a la clausura de pozos de extracción de agua utilizados, sin estar previstos, por la empresa canadiense, afectando, entre otras, un sitio Ramsar: el complejo Lacustre Laguna del Negro Francisco y Laguna Santa Rosa. Asimismo, Kinross posee un proyecto llamado “Lobo Marte”, con el cual busca explotar el territorio por alrededor de 15 años de vida útil, proyectando su etapa de construcción para el año 2025 mientras aún se encuentra desarrollando su Estudio de Factibilidad, el cual trastocaría el ecosistema del Parque Nacional Nevado Tres Cruces, del cual forma parte el salar de Maricunga.

Mapa de referencia: ubicación del proyecto Lobo Marte según su página web (círculo rojo) | Fotografía: Google Maps

Así, la presencia de estos proyectos también ha dado paso a la organización social en distintos espacios que, paralelamente, han decantado en un movimiento en ciernes, teniendo actualmente diversas características a partir de la convergencia de interpretaciones y relaciones que mantienen distintos actores/as para con el salar.

Elena Rivera Cardozo, presidenta de la Comunidad Indígena Colla Comuna de Copiapó, fundada en 1994, ha declarado que la relación que existe de parte de las comunidades no solamente se nutre desde las actividades productivas con los bienes comunes del salar, sino también con la medicina ancestral que se comparte, a la vez, con la medicina occidental y con diferentes ceremonias que se desarrollan en el territorio. 

En este sentido, la representante de la comunidad es enfática en indicar que esta se comprende como “viviente de la cordillera, que tiene escrita su historia en ella, en cada cerro, en cada vertiente, en cada amanecer y anochecer; estos elementos fueron, son y serán testigos de nuestro vivir, somos cultura viva, somos hijos de la Pachamama y del Agua”.

A partir de este punto cobra sentido lo planteado por Eduardo Herrera, integrante del Colectivo en Defensa del Medio Ambiente de Atacama (CODEMAA), espacio constituido a fines de 2016 por diferentes personas, quien concibe en esta problemática un punto de encuentro de distintos grupos, organizaciones e individualidades que se encuentran relacionadas con el territorio.

Ante esto, Herrera señala que existe una “convivencia de actores políticos”, lo cual ha permitido desarrollar acciones en distintos planos; no solamente en perspectiva de la movilización social, sino también en los ámbitos institucionales.

Así, la convergencia entre las disciplinas, el soporte técnico, las actividades educativas, de visibilización y progresiva organización han permitido establecer canales de comunicación y coordinación que han pasado ya su momento de gestación.

Por su parte, sobre el proceso de resistencia, también se encuentra la relación que se genera desde la perspectiva del turismo en el salar. En este punto, Carlos Pizarro Figueroa, guía de turismo de Chillitrip, e integrante de una agrupación de esta actividad en el territorio, concibe que “estamos ante la crónica de una muerte anunciada” tras la aprobación de los proyectos.

En este sentido, comenta que las organizaciones han realizado algunas acciones para la visibilización del conflicto a diversas escalas, considerando que las redes de contacto y trabajo que han incentivado la resistencia -en ciernes- contempla una mirada “ambientalista, cultural y minera”.

Sobre esto, Pizarro es enfático en señalar la vista integral con la cual se ha buscado impulsar -y que es necesaria de profundizar- la resistencia al avance del extractivismo en el territorio. Pese a comprender la arraigada historia minera, plantea que es esta misma relación la que debe considerarse para frenar el avance de los proyectos sobre el litio.

Así, el diálogo entre formas de resistencia, contemplando veredas de movilización, judiciales, institucionales y de protesta material permitirá avanzar en la estrategia de “atacar en diversos lados”, siendo esencial la participación en distintos espacios para visibilizar el conflicto y donde, desde su rubro, afirma que no se ha tenido mucho nivel de conciencia para con el territorio.

En este punto, la participación de las comunidades parecieran haber sido obviadas tanto por el empresariado como por las instituciones chilenas. Sobre esto, cobra mayor sentido lo planteado por Jame J. A. Blair, profesor de la Universidad Politécnica del Estado de California en Pomona, respecto a que «la consulta parcial e inadecuada ha resultado en formas coercitivas de captura de territorios y recursos para la exploración de litio«.

Sobre esto, Lesley Muñoz Rivera, integrante de la Comunidad Colla de Copiapó y del Observatorio Plurinacional de Salares Andinos, comenta que los proyectos en cuestión no han reconocido afectación hacia ellas y ellos como comunidad, pese a no tener certeza de los efectos que pueden traer, por ejemplo, sobre el agua que llega a su ubicación en el ecosistema.

En este sentido, ha enfatizado anteriormente en que  “existe la creencia que las aguas provenientes del salar, la Laguna Santa Rosa y los humedales aledaños al mismo, son las mismas que alimentan a los animales y riegan las tierras para llevar a cabo sus procesos de ganadería o cultivo, respectivamente”, por lo que han emplazado reiteradamente a los agentes que buscan instalarse en el territorio.

Este hecho rompe con el “respeto hacia el salar” que comenta Muñoz Rivera, omitiendo la fragilidad del ecosistema del salar de Maricunga, lo cual concibe como una “irresponsabilidad tremenda del Servicio de Evaluación Ambiental”.

Es ante este escenario que Luciano Travella, egresado de Geología y presidente del Colectivo en Defensa del Medio Ambiente de Atacama (CODEMAA), comenta que tras conocer la presencia de los proyectos en el territorio, ante la preocupación, la búsqueda fue la movilización, aclarando que «se ha tratado de ir respondiendo, obviamente intentar cerrarles el paso de distintas maneras«.

Asimismo, caracteriza como único y frágil el salar de Maricunga, comprendiendo sobre estos ecosistemas que su “formación y preservación es muy sensible a los cambios climáticos y los regímenes de agua”, aspectos a los que se le sumaría, bajo la mirada de la mercantilización, la intervención empresarial a gran escala.

Es por esto que Travella da a conocer como clave el hecho de que el trabajo territorial se pueda ir aumentando progresivamente. Pese al momento actual, con un movimiento aún en sus etapas iniciales de conformación, existen orientaciones claras sobre cómo y dónde actuar: pedagogización, difusión, intervenciones y protestas sistemáticas son parte de las formas que permitirán frenar el avance de la profundización extractivista tras el litio.

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Laguna Santa Rosa, parte del complejo hidrológico del Salar de Maricunga, y del Parque Nacional Nevado 3 Cruces

El freno institucional

Los tres proyectos -dos de extracción y uno de exploración- cuentan con la aprobación de su Resolución de Calificación Ambiental, sin embargo, según afirman las personas consultadas para esta investigación, actualmente su materialización se encuentra frenada.

En el momento que se vive en Maricunga, con un movimiento en ciernes, el concebir trabas institucionales como parte de sus herramientas ha sido clave para frenar el avance del empresariado, como también la utilización del turismo como forma de acercar el ecosistema a la población.

No solo ha cobrado relevancia la intervención en espacios municipales, como señala Eduardo Herrera que ocurrió en el Concejo Municipal entre los años 2018 y 2019, sino directamente contra las empresas líderes de los proyectos.

Actualmente, son distintos los recursos presentados por organizaciones territoriales que mantienen en suspensión su andar, estando a la espera de las resoluciones judiciales para evaluar los próximos pasos.

Concretamente, sobre Proyecto Blanco, Lesley Muñoz comenta que existe actualmente un recurso de invalidación y uno de protección al no dar lugar a la consulta indígena, debido a que la empresa no consideró a la comunidad Colla como parte del grupo de afectación.

Por su parte, Luciano Travella da a conocer que existe una querella criminal por prevaricación que está en el 7mo Tribunal de Santiago contra el conglomerado que lidera este proyecto, sumándose a recursos de reclamación y protección.

Respecto a Sales Maricunga, el joven egresado de geología e integrante de CODEMAA comenta que existió una convocatoria para presentar recursos, por lo que se han organizado junto a otras personas, como algunas asociadas al turismo, logrando ingresar uno de estos.

Por su parte, la integrante de la comunidad Colla señaló que también ingresaron un recurso que va en la misma línea que contra Proyecto Blanco: el haberles negado la afectación. Respecto al proyecto de exploración liderado por CODELCO, Muñoz señaló que también existe un recurso en tránsito.

Así, los tres proyectos que buscan avanzar en Maricunga se encuentran frenados por la injerencia de las comunidades, las cuales enfatizan no sólo en la falta de participación vinculante, sino que estructuralmente contra la profundización del extractivismo a la que se enfrenta el territorio.

En este sentido, Muñoz indica que ya existe una intervención en el salar, cuestión que se complementa con la crisis hídrica existente, la situación crítica de los ríos y su relación con la minería, como también lo que conceptualiza como monocultivo de uva.

Video: https://www.youtube.com/watch?v=9Up9_diRKUs&t=1s&ab_channel=ChillitripTourOperador-CarlosPizarroFigueroa

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Mirar más allá del extractivismo

La situación en Maricunga es fiel reflejo de la política pública adoptada por los gobiernos chilenos respecto a materia energética y minera que solo es sostenible en clave extractivista. Lejos de buscar un desarrollo íntegro, que respete los derechos de la naturaleza y que vincule las decisiones de las comunidades habitantes del territorio, el Estado chileno ha priorizado la alianza público-privada sobre el litio.

De esta forma, Lesley Muñoz comprende que es necesario crear “conciencia de tu territorio, el lugar donde tú vives”, proceso que se ha intentado realizar periódicamente sobre el salar de Maricunga, aún con baja difusión y un movimiento en composición.

Asimismo, indica sobre el ecosistema la importancia de “respetar sus formas de vida y respetar la tierra, que es finalmente lo que nos da para vivir tranquilos”, cuestión que se contrapone completamente con la orientación que el empresariado ha dirigido hacia el territorio.

Un reciente informe pulicado por GeoComunes, REMA, MiningWatch Canadá, señala que “la ‘transición energética’ promovida por el capitalismo muestra una clara etiqueta de color verde pero de ninguna manera representa un cambio de rumbo significativo de lo que actualmente ya define para el mundo su relación inseparable con el rubro del modelo extractivo minero”.

Así, se acredita que la minería continúa siendo una de las principales motivaciones que impulsan los conflictos socioambientales, no solo en Chile, sino que a escala internacional; justificándose en el modelo y forma de actuar que atenta contra los derechos de la naturaleza y las comunidades.

De esta forma, la urgencia de la elaboración de proyectos colectivos que vayan más allá del extractivismo, bajo pilares como los derechos irrestrictos y una perspectiva de transición con justicia, es central en los tiempos actuales, cuestión que se logrará en conjunto con el empoderamiento de las comunidades.

La transición hacia este nuevo modelo postextractivista es urgente. Sin embargo, no podrá cobrar sentido, ni mucho menos afrontar la crisis latente, si es que el crecimiento económico -neoliberal en un marco capitalista- continúa siendo su eje central, por sobre el bienestar de los ecosistemas y las comunidades.

Al cierre de esta nota, se intentó tomar contacto mediante los correos que los titulares y representantes legales señalaron en las fichas de los proyectos. Sin embargo, no se han obtenido declaraciones.

* Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales 

** Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina 

El presente escrito forma parte de una serie de reportajes elaborados en el marco de la investigación «MARICUNGA AMENAZADO: Ambición, extractivismo y resistencias frente al litio», la cual tiene como objetivo sistematizar la situación a la que se enfrenta el ecosistema del salar de Maricunga ante el avance de proyectos de exploración y explotación de litio en el territorio.

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