Entrevista realizada al historiador Ignacio Ayala en el pasado mes de febrero, a orillas del lago Panguipulli en un convulsionado territorio, que como muchos otros despierta y se organiza, pero que aún no se despoja de la vieja guardia terrateniente, el sicariato y la violencia institucional hacia su población más humilde.
Allí en la cordillera de Panguipulli mataron a Macarena Valdés, lo ocultaron y fue suicidio, asesinaron a Francisco Martínez y fue legítima defensa, asesinaron a Emilia Herrera Obrecht Bau y fue enfrentamiento. Allí asesinaron a miles de mapuche y fue pacificación, allí asesinaron a trabajadores, sindicalistas y desplazaron a miles de familias y ¿Qué fue? Fue la dictadura, esa que aún está, que aún perdura.
Por Vitrina Dystópica
«Durante el mes de febrero la sistemática persecución política que se vive en Chile derivó en dos ejecuciones que marcaron el tono de la violencia monopólica para este 2021: el malabarista callejero Francisco Martínez y la weichafe lamngen Emilia Herrera, Bau.
Ambas ejecuciones en Panguipulli, la primera a manos del sicariado estatal, Carabineros, y la segunda perpetrada por guardias privados de la elite colonial chilena. Estos asesinatos resonaron tanto por el horror con que fueron cometidos, incluso siendo viralizadas sus imágenes, como también porque rememoran el asesinato de Macarena Valdés el 2016 por sicarios de la transnacional RP GLOBAL en la misma comuna de Panquipulli. ¿Qué relaciones conectan las formas de vida, las maneras de vivir, luchar y habitar, de Macarena, Francisco y Bau? ¿Cómo se constituye la violencia monopólica, cívico-policial, legal y paralegal, en la región? ¿Cuáles son las claves de la lucha territorial en la zona que llevó al gobierno a incluso justificar las ejecuciones en la dictatorial afrenta de la “legítima defensa”?»
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