El día jueves 28 de junio un grupo de personas de distintas agrupaciones y colectivos contra la violencia psiquiátrica y el uso del electroshock más individualidades se reunieron para marchar por las calles de Santiago manifestándose contra el uso del electroshock como tratamiento psiquiátrico. El punto de reunión fue en la plaza de armas donde las personas reunidas marcharon hasta la casa central de la Universidad de Chile. Durante la marcha entregaron trípticos y panfletos con información sobre lo que es el electroshock.
Colectivo no es lo mismo ser loca que loco:
Juan del colectivo Autogestión Libre-mente nos habla sobre la campaña por una niñez libre de drogas psiquiátricas:
El electroshock es un procedimiento psiquiátrico que consiste en aplicar dos electrodos en la cabeza con el objetivo para traspasar electricidad al cerebro para producir una convulsión. La psiquiatría asegura que es seguro y eficaz para ciertas afecciones de salud mental, sin embargo, provoca daño cerebral, pérdida de memoria y presenta riesgo de muerte.
Rodrigo del colectivo Autogestión Libre-mente nos explica lo que es el electroshock:
El psiquiatra Ugo Cerletti introdujo el tratamiento de electroshock en 1938. Desde esa época ha habido modificaciones en la aplicación de electroshock, las cuales no han implicado mayor seguridad. La introducción de relajantes musculares y anestesia general, aumenta el umbral de descarga eléctrica necesaria que normalmente es de 100-190 voltios a 450 voltios para producir convulsiones luego de cada sesión (se aplican entre 8 y 12 sesiones, incluso más si no se cumple el efecto esperado). Así, en cada sesión se requiere electricidad en mayor intensidad, implicando efectos mas peligrosos y dañinos. Luego de varias sesiones el trauma causa daño cerebral severo, incluyendo dolores de cabeza, nausea, pérdida de memoria, desorientación, confusión, pérdida del conocimiento, pérdida de personalidad e inestabilidad emocional. Algunos de estas consecuencias se mantienen permanentes al continuar las sesiones.
La función del electroshock es dañar el cerebro. Luego de la aplicación de este, la persona se siente perturbada, desorientada y confusa. El trauma inicial puede causar una euforia artificial que es visto como una mejora por parte de los médicos. Luego de varias sesiones de electroshock, la persona se vuelve dócil y manipulable, lo que es interpretado como una mejora, pero esto indica un daño cerebral severo. El electroshock es más aplicado a las mujeres buscando su docilidad y sumisión, prestándose para abusos de todo tipo. Bonnie Burstow, en su investigación llamada Electroshock as a form of violence against women (Electroshock como una forma de violencia hacia las mujeres) nos cuenta como un psiquiatra que abusó de la mujer a la que le realizaba terapias con electroshock la amenazó con realizarle uno si lo delataba.
La psiquiatría nombra el electroshock como Terapia Electroconvulsiva [TEC] como eufemismo de lo que realmente es. En la región chilena la TEC es una prestación incluida y financiada por el sistema público de salud. El electroshock se utiliza en adultos mayores, mujeres embarazadas y menores de edad. El consentimiento de este tratamiento utilizado en la región chilena no requiere la autorización de la persona afectada, solo se necesita la autorización de la familia. En el instituto psiquiátrico José Horwitz Barak se realizaron 17.130 sesiones de TEC entre 2008 y 2015, lo que da un promedio de 2.141 sesiones cada año y seis por día.
El financiamiento de tratamiento completo de TEC para el año 2015 ascendió a 657.770, buscamos en el plan nacional de salud mental 2017-2025 del ministerio de salud la palabra Terapia Electroconvulsiva y no sale mencionada en todo el texto. No existe un sistema de vigilancia respecto a su administración y la única fuente disponible es la facturación de prestaciones valoradas que hacen los servicios de salud del país. El 2015, el sistema público de salud financió 113 tratamientos completos de TEC lo que implicó un gasto de más de 74 millones de pesos.
La TEC en muchos países se encuentra prohibida debido a su ineficacia respecto de los beneficios que traería a quienes aceptan este tratamiento. No hay hallazgos que demuestren su eficacia. No hay evidencia en absoluto de que el tratamiento tenga algún beneficio a largo plazo para cualquier persona, el electroshock no revierte las causas órganicas de una condición de salud mental o que impida el suicidio.
*La mayoría de la información publicada aquí se encontraba en un tríptico del Colectivo Autogestión Libre-Mente entregado durante la marcha a las personas que pasaban por la calle.
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