[COLUMNA] LA HISTORIA SOMNOLIENTE DE LA F.O.M.

Jul 27, 2020 | Artículos / Reportajes / Entrevistas

por Indxmitx / @pateaelslogan

Si tenemos cierto sentimiento crítico es porque otrxs, en algún momento, pusieron en tela de juicio la mala administración de un sistema decadente que nos viene utilizando desde hace siglos como desechables herramientas de producción.

Entre el grupo de aquellxs “otrxs”, se encuentran lxs afiliadxs de la Federación Obrera de Magallanes; organización obrera de corte ácrata, internacionalista y sindical formada desde uno de los territorios menos pensados en la época; donde un cosmopolita Estrecho de Magallanes, permitió el acceso a lecturas e ideas provenientes del viejo continente, echando p’atrás el proyecto de los politicuchos de la época que buscaban “chilenizar” a esta parte de la sociedad.

Nunca es tarde para dar una ojeada a la historia que nos formó como la sociedad actual que supo valorar la acción de un grupo de cabrxs que generaron la revuelta social del 18 de Octubre del 2019; una acción que transformó décadas de vulnerabilidad en una bronca pocas veces vista para una población infectada por el miedo de innumerables masacres obreras y poblacionales ejercidas por lxs mismos grupitos sociales que nos gobiernan desde hace un par de siglos..

Qué envidiables instancias asamblearias deben haberse formado en aquellas épocas; horizontalidad sin egos, ningún teléfono, nadie armando el pitito correspondiente para antes y después de la asamblea y sin el sentimiento de querer lograr algo pa’ tener la excusa de pegarse alto carretito juntando moneas pa la mano y recuperando de las garras del capital (hay que mantener lo insurrectx igual po) su piscolita, su fernet y su jäger pa’ celebrar las acciónes.

Acciones como el apañe a organizaciones argentinas para lograr la fuga de Radowitzky del penal de Ushuaia allá por el año 1918; gestiones comunitarias que buscaban alejar las botillerías aledañas a sus espacios de acción mientras que a modo de protesta, lanzaban al Estrecho de Magallanes contenedores repletos del brebaje ancestral; la edición de ‘El Obrero’ y ‘El Trabajo’, dos periódicos que hacían circular a caballo a lo largo de todo el territorio; la reivindicación de las 8 horas, inspirados por la revuelta de Chicago y la toma -literal- de la ciudad de Puerto Natales en un apañe a grupos federados de la ciudad que derivó en la insurrección obrera denominada posteriormente como ‘La rebelión de los Tirapiedras’.

Volviendo a nuestra realidad… ¿Será este el mejor contexto para recordar y reivindicar las acciones de la FOM en nuestra diversa sociedad?

Una organización que con la implementación de su propia imprenta, buscaba erradicar el mercado del conocimiento; donde, al igual que hoy, los medios de comunicación funcionaban bajo el alero del mejor postor, controlando y manipulando la información con el objetivo de enaltecer la función del gobierno en curso.

Una organización que se esforzó en alejar el copete de los espacios de lucha, asamblea y reunión con el objetivo de evitar la enajenación de sus afiliadxs al momento de accionar (Algo tan necesario hoy en día).

Una federación que demostró una organización que en aquel momento no había sido posible en el resto del país, llegando a tener cerca de 10.000 afiliados más que la Gran Federación Obrera de Chile, siendo ejemplo clave en la creación de partidos y federaciones de corte socialista y comunista a lo largo del territorio.

Una sindicalización que logró empatizar y reunir las diversas causas de lucha de cada una de las agrupaciones de trabajadores con el fin de lograr los acuerdos suficientes para cada unx de lxs afiliadxs,

Una convicción que sacó ronchas en las jetas de un grupo de poderosos que, al igual que hoy en día, buscaban generar emociones y representatividades implantando el miedo y la existencia de un “enemigo poderoso e implacable que no respetaba a nada ni a nadie” que era a demás “liderado y financiado por peligrosos grupos extranjeros” (¡Vaya novedad!)

¿Sintieron ese movimiento? Es el inevitable epicentro de un temblor en los maxilares inferiores de un grupito de señores de terno y corbata de la región, cada vez que oyen nombrar las temibles siglas de la F.O.M.

Un grupito de señorxs que desde un tiempo a esta parte y escudados con peligrosos y vomitables eslóganes de patria, familia, religión, progreso y regionalismo; han intentado con todas sus fuerzas, dar vida al momificado -nunca mejor dicho- recuerdo de la Liga Patriótica de Magallanes que hace exactamente 100 años, junto a su grupito de paramilitares autoproclamados ‘Guardias Blancas’ y avalados nuevamente por el Estado de Chile, asaltaron y prendieron fuego a la sede de la federación, ubicada en la Calle Errázuriz de Punta Arenas, tras vejar, torturar y asesinar a una -hasta hoy- desconocida cantidad de afiliados, dando fin a la Federación Obrera de Magallanes al grito de “Chile-Patria” y “Muerte a la Federación Obrera”.

Sin dudas, este es el mejor contexto para empezar a despertar a las somnolientas ideas de la FOM y de todxs quienes dieron la vida por la creación de una sociedad crítica, pensante, solidaria y activa.

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